El sol de la mañana se filtraba entre las cortinas de seda del dormitorio cuando Lucía despertó, estirándose como un gato satisfecho. Había dormido profundamente, sin los usuales sobresaltos que la acompañaban desde hacía días.
**Nana** (al verla bajar las escaleras)
"¡Buenos días, niña! ¡Te ves radiante hoy!"
**Alfredo** (mientras servía el café)
"Parece que por fin descansó bien."
Lucía se llevó inconscientemente una mano al cuello, sintiendo un calor subirle a las mejillas. *Si supieran por qué...*
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El ascensor se detuvo en el piso 24. Cuando las puertas se abrieron, Mark estaba allí, como siempre, impecable en su traje azul marino, sosteniendo una taza de chocolate humeante.
**Mark** (entregándole la taza)
"Buenos días, señora Blackwood."
Sus ojos azules se posar
