La lluvia comenzaba a golpear los ventanales del exclusivo club cuando Mark Reynolds tomó asiento en el sillón de cuero frente a Charles Kensington. El aroma a madera noble y tabaco añejo llenaba la estancia privada. —*Whisky?* —ofreció Charles, inclinando la botella de Macallan hacia la copa vacía. —*Para el frío* —dijo, con una sonrisa que no llegaba a sus ojos verdes. Mark negó con un gesto cortés, dejando la copa en la mesa sin tocar. -*Su Guardaespaldas me indicó por teléfono que existen algunos inconvenientes con ciertos documentos con Blackwood Entreprise, ¿podría mostrarmelos para verificar lo que dice?*- Charles abrió el dossier de cuero con dedos largos y cuidados. —*Efectivamente, existen extrañas inconsistencias en los registros de Blackwood Enterprises* —comenzó, abrien

