La luz ámbar del atardecer se filtraba por los ventanales del despacho, iluminando los informes financieros esparcidos sobre el sofá de cuero n***o. Lucía sostenía entre sus manos el documento más preocupante: por primera vez en los treinta y dos años de historia del bufete fundado por su padre, no podrían pagar la nómina a tiempo. Los números rojos bailaban ante sus ojos mientras llevaba la copa de cristal tallado a sus labios. El Rioja reserva -el mismo que solían servir en las celebraciones de aniversario- hoy sabía a desesperación. *Tres meses de retrasos acumulados. Cuentas corporativas bloqueadas. Seis socios senior amenazando con llevarse sus clientes.* El estrés le tensaba los músculos del cuello, pero una corriente de alivio recorría su mente al ver el contrato matrimonial c

