El grito de Mark llegó un segundo antes de que el mundo estallara. Lucía no tuvo tiempo de reaccionar. De pronto, el peso de él—firme, musculoso, *abrumador*—la empujó contra el pavimento. Su traje blanco de tres piezas, impecable segundos antes, ahora absorbía el polvo del suelo mientras su cuerpo la cubría por completo. La corbata roja de seda se deslizó sobre su hombro como un latigazo de color. **Segundo disparo.** El sonido de la bala silbando los hizo encogerse. Mark apretó su cadera contra la de ella, protegiéndola con cada centímetro de su cuerpo. Lucía sintió el calor de su aliento en su nuca, el ritmo acelerado de su corazón golpeándole la espalda. *Dios, olía a whisky caro y peligro.* *"¡Alfredo! ¡Cobertura!"* La voz de Mark era áspera, dominante, pero sus manos—una en

