El taxista tocó bocina al esquivar un carro mal estacionado, sacando a Vale de sus pensamientos. Por la ventana vio como las luces y la ciudad parecía estar con más vida, de pronto recordó algo que dijo Lorenzo: *"Tus hallazgos son valiosos"* le había asegurado mientras le servía más vino-. —Aquí es, señorita —anunció el conductor frente a su residencia. Vale pagó y caminó hacia la entrada, pero al buscar las llaves, sus dedos rozaron algo en el bolsillo del abrigo. El pedazo de papel doblado que Lorenzo le había dado "por accidente" con el número de su celular personal escrito atrás. *"Por si encuentras algo..."* **Un profesional siendo precavido.** Nada más. Las llaves tintinearon mientras Vale abría la puerta de su casa. Arrojó el maletín sobre el sofá del salón y encendió

