—Guau…—dijo con verdadero asombro, prestando atención a cada detalle en aquella sala y al hombre que se había puesto de pie, con aquella camisa desabrochada en la parte de su pecho, dejando ver un poco su piel. Alice rascó su nuca y giró su cabeza, suprimiendo un bostezo.—Casi te dejo plantado, Robert.—dijo apenada. —Menos mal que no, estaba a punto de abrir el champán, los regalos y bailar yo solo. —¿Bailar?—Dio unos pasos hacia él.—¿Sabes bailar? —¿Está cerrada la puerta de tu habitación?—para que la música no despertara a Ethan. —Eso creo. —Entonces, veamos si sé bailar.—sacó su móvil del bolsillo delantero derecho del pantalón y en unos segundos la música comenzó a sonar detrás de ellos. Robert avanzó seguro hacia ella, dejando su móvil de regreso al bolsillo, dejó una mano so

