Salto sobresaltado de la cama, sudando y con una erección enorme.
— ¿Qué mierda me pasa? — Me levanto de la cama y me dirijo al mini bar tomando directamente de la botella, el líquido caliente baja por todo mi sistema, pero ni su sabor amargo logra quitar el sin sabor que me deja el tener un sueño erotico con la menor de los Williams.
Odio tanto a esa familia que no descansare hasta verlos hundidos, coloco la clave de mi caja fuerte y saco una nueva dosis, Angie será la primera en sentir mi furia y con ella Avon también. Avanzo con pasos decididos entrando a la habitación donde duerme Angie bajo un sedante que yo mismo le suministro cada noche, sigue inconsciente, me siento en la orilla de la cama y le quito la sabana, la duda que tenía minutos atrás se fue a la mierda ahora el profundo
