"Seré un monstruo, pero cuando amo a alguien hasta los colmillos escondo para acercarme y no lastimar." Esas palabras de mis recuerdos resonaban en mi mente mientras el sol empezaba a elevarse lentamente, su luz dorada invadiendo el cielo. El primer rayo de sol tocó mi rostro, estorbando mis ojos con su brillante intensidad. Siempre me había molestado el amanecer, el cambio brusco de la oscuridad a la luz. Mi cuerpo no estaba acostumbrado a la paz de las primeras horas del día. Sin embargo, sabía que cuando la tarde llegaba, mis ojos se adaptaban, y entonces todo volvía a la normalidad, como si nada hubiera interrumpido mi descanso. Me levanté del suelo con esfuerzo, aún sintiendo la pesadez de las lágrimas no derramadas, las cicatrices emocionales que no dejaban de recordarme lo que hab

