Prólogo

1174 Words
"Amigos hasta la eternidad"  Las amistades entre hombres y mujeres (de mejores amigos) suelen ser porque hay amor muy en el fondo, incluso muchas veces suele ser cierto. Mi mejor amigo es Ethan Roberts, lo quiero muchisimo, yo no podría vivir sin él, hemos pasado tantas cosas juntos, momentos buenos y malos, pero siempre salimos adelante por nuestra amistad, seríamos incapaces de dañarnos el uno con el otro. Tengo una hermana menor, su nombre es Kelsey Coleman, y un hermano mayor Terry Coleman. Mis amigos son los amigos de Ethan, osea todo lo mío es de él, y asi viceversa. Lo sé, suena a matrimonio. En fín, ellos son: April Adams y su novio Elton Smith. Alissa Bennet y su novio Jeremy Carter. Eve Paterson y su novio Matt Williams. Ellos seis siempre han sido nuestros amigos, también desde la infancia y bueno como era de esperarse se empezaron a gustar y ahora cada uno hace una linda pareja con el otro. Ellos dicen que solo faltamos Ethan y yo, pero él es solo mi mejor amigo y yo la suya. Les confieso que aveces me da como celos el no tener pareja, es medio raro salir en grupo. Ellos van con su pareja, hay besos y todo. Ethan y yo... Somos los que tocamos el violín. Es algo incómoda esa situación. Ya es tarde y Ethan debe de estar por llegar y yo ni he desayunado, siempre me lleva al colegio en su coche. Escucho que tocan la puerta. —¡Voy!—grité mientras estaba poniendome mis zapatos. Abrí la puerta y, exacto, allí estaba Ethan con una mirada de Llegamos tarde. —Hola —resoplé. —Hola, ¿ya estas lista? —Pregunta frunciendo el ceño. Se nota que me conoce bien. —Eh, sí, ya —Cerré la puerta y me dirigí hacia el coche. —Déjame adivinar, te levantaste tarde y no desayunaste—sonrió de lado, mientras me abría la puerta del co-piloto. —Eres adivino o qué—Fruncí el ceño. —No, solo que te conozco perfecto. Además te pones de mal humor cuando tienes hambre y sabes que no comerás—Murmuró, mientras encendía el motor del coche. No lo voy a negar, Ethan era guapo. No entiendo como no había tenido novia. Me habían llegado chismes de que muchas chicas andan tras él, pero él no les hace caso. Tampoco es que las ignora. Él era demasiado lindo para jugar con una chica. —Sí, tienes razón—Me crucé de brazos, poniendo cara de niña cuando quiere algo y no se lo dan—No comí y muero de hambre. Tendré que esperar la hora de almuerzo en la cafetería. —No, no. Pasaremos comprando algo rápido de camino al Colegio, usted señorita no irá a clase con la barriguita vacía—Señaló mi estómago. —Gracias.. ¡No sabes cuanto te quiero! —Chillé, dándole un beso en la mejilla. Compramos un café y unos panecitos. Tenía hambre. Con eso llego hasta el almuerzo. Llegamos al colegio y nos despedimos con un cálido abrazo, mientras cada uno iba a su salón. —Te veo en la cafeteria—se despidió. —¡Si!—Grité, mientras corría y rezaba porque la clase no hubiese empezado. Llegué a tiempo. • Salí del salón y me dirigí a la cafetería dónde estaban mis amigos. Sí, eramos un grupo un poco grande, de ocho; y todos en pareja. Ya me estaba cansando de esa situación. —Hola—Saludé a los chicos. No había llegado Ethan. —Hola —respondió April—Oye, ¿y Ethan?—Preguntó. —No se, quedamos en vernos aquí—Me encogí de hombros y miré a los lados para buscarlo. —Allá viene—Alissa señaló la puerta de la cafetería. —Perdón por tardar—se disculpa al llegar a nuestra mesa. Saludó a las chicas y claro a Elton, Jeremy y Matt. —Oye, Audrey —me llama Eve—¿No hay galán nuevo esta semana?—Pregunta dándole un mordizco a su hamburguesa. Sí, de eso hablo. Hablando de hamburguesas, no pasé por mi almuerzo. Fui a la fila, por suerte estaba casi vacía y me dieron lo que corresponde. Volví a la mesa y me senté a comer. —¡Audrey! —chilla de nuevo Eve. —¿Qué?—pregunté arrugando la cara. —No me contestaste—reclama. Ethan me volvió a ver. —No, no hay —respondí —Que mal —se lamenta April. —¿Y tú, Ethan?—le pregunta Jeremy. —No, tampoco—responde Ethan frunciendo el ceño. —Vamos, Ethan—lo anima Elton—Si hay varias chicas a las que le gustas. —Pero a ninguna les hace caso—añade Matt. Aveces cuándo nos reunimos, solo de eso se platica. El por qué no teníamos pareja y esas cosas. Y la verdad sí sería bonito tenerlo. Pero nadie me gustaba y lo mismo le pasaba a Ethan. Ya era hora de salida, Ethan me llevó a mi casa. En todo el camino hubo silencio. Lo cual era extraño. Me imagino que el iba pensando lo mismo que yo. Llegamos a casa. Apagó el motor de su coche y salió para abrirme la puerta. —Servida, señorita—Sonrió. —Gracias, caballero. Entramos a la casa y nos dirigimos a mi habitación. Mis padres no estaban, ni mis hermanos. De todas formas aunque la casa estuviera llena, Ethan podría estar en mi habitación porque éramos amigos desde niños. —¿Crees que los chicos tengan razón?—Preguntó sentándose en mi cama. —¿De qué? —De que ya es momento de tener pareja—responde. —Tal vez—susurré—Pero nadie nos llama la atención. —Seguirán molestando con lo mismo cada que los veamos. —Si, es probable. —¿Que hacemos, Audrey?—Pregunta. —No lo sé. Ligar con alguien en la red social talvez. Rió. —No, tontita. Si voy a ligar que sea con alguien que conozca bien. Solo quiero zafarme de esas conversaciones que tanto aburren. —Inventemos que tenemos algún novio o novia por ahí—elevé mis manos sin darle tanta importancia al asunto. —¿Y si los quieren conocer?—Pregunta. Ese es el problema. Odio esto. Pero si no hay nadie ni otra opción, él y yo... —No sé, Talvez tú y yo.... Olvidalo. Me volvió a ver. —¿Qué?—Pregunta. Perfecto. ¿Ahora qué digo? —Solo era una idea. —Dímela—pidió. —Talvez si quisiéramos zafarnos de ellos, podríamos fingir ser... novios—Dudé. Su mirada se quedó fija en mí por unos segundos. —Audrey—llamó mirándome serio. Esa mirada asustaba. —¡No me mires asi, das miedo!—espete. Una sonrisa se formó en su rostro. —¡Es la mejor idea que has tenido!—se levantó para darme un abrazo. —Ah, pues... ¿Gracias? Pero, ¿cómo? —No sé, busquemos información en algún lado—cogió mi laptop. Después de buscar un rato la cerró y me miró. —Seremos novios por 85 días —exclama poniendo sus manos en mis hombros. —¿Qué?—pregunté sorprendida—¿Tanto tiempo?. —Oye, si queremos que no nos descubran tiene que parecer real. Que dices, ¿aceptas?. —Si eso ayudará para que ya no nos molesten, está bien—me encogí de hombros. —Perfecto. —No habrá beso, ¿verdad?—lo miré. —Obvio no, tontita—Se dirigió a la salida—Me tengo que ir. Prepara bien la actuación para mañana—me guiñó el ojo y se fue. —¡Adios!—Le grité para que me escuchara. Esto sin duda era una mala idea, y yo fui la primera en decirlo. Aunque esto hará que nos dejen de molestar de que liguemos, de que solo nosotros no teníamos pareja. No está todo perdido, es Ethan, mi mejor amigo. No hay por qué preocuparse. Nada pasará. Solo serán 85 Días.
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