Mi pequeña mentira

1170 Words
Yo iba totalmente extraviado en mis pensamientos y sensaciones, mi cuerpo estaba en total relajación, era como si la música que estaba escuchando, fuese pintando esa carretera de colores y llenando todo lugar por donde mis pensamientos se pasearan. Era mágico eso de escuchar música y no pensar en mas nada, y ese di a lo aprendí. No olvidare que mientras yo escuchaba la música que Dayane había puesto, ella iba cantándola a mi lado, y eso lo hacia todo mejor; no me refiero a que ella cantara, sino al hecho de que ambos lo disfrutábamos, esto era el regalo de cumpleaños perfecto no se cuanto tiempo estuvimos rodando pero recuerdo muy bien que al llegar, Dayane le bajo volumen a la música y se puso muy cerca de mi rostro -hey ya puedes abrir los ojos, ya llegamos - dijo en un susurro. Abrí los ojos lenta y cautelosamente, pero me quede recostado al espaldar del auto viendo una pared que teníamos al frente. Una pared sin ningún tipo de color vivo, solo era un gris pálido, la odiaba.  - Bueno, amigo mío, es hora de bajar del auto, ahora vamos a divertirnos un poco antes de darte tu regalo - Dijo Dayane no entendí a que era a lo que se refería, como que "antes de darte tu regalo"... ¿A caso ese paseo no era mi regalo? esto era increíble, "podría acostumbrarme a vivir así" fue lo que pensé. baje del auto y Dayane me esperaba en una puerta que estaba a unos 5 metros de distancia. -Supongo que no vas muy seguido al centros comerciales ¿cierto?- Pregunto Dayane - ¿y que es lo que te hace pensar eso? - Respondí - Bueno, sacando la cuenta por las veces que te he visto y en la dirección que te vas, hacia donde tu vas, no hay centros comerciales por el camino. Pero en su lugar hay un bosque con una hermosa laguna, Así que supongo que debes conocer mejor los arboles que la ciudad, ¿me equivoco? a demás, yo siempre estoy saliendo al cine, es mi pasatiempo favorito. Bueno, eso e ir de compras con mis amigas. Así que si fueras seguido al centro comercial ya te habría visto. En eso ella tenia razón, nunca había ido a ningún centro comercial ni nada parecido, y me la llevaba mejor con los arboles que con las personas, o al menos los entendía mas. Pero no podía decir eso, así que solo sonreí y respondí - claaro, lo que tu digas Dayane - Estaba tan nervioso que me comenzaban a sudar las manos. No podía dejar de pensar en que tenia que cuidar muy bien lo que decía o dejaba de decir, Dayane era una persona muy perceptiva, y no podía dejar que supiera mas de lo debido, era por su propio bien. - Bueno, puedes negarlo cuanto quieras, no necesito que me confirmes algo que ya se - reprocho Dayane -ahora bien, vamos a ver una película que se que te va a gustar... o eso espero, la verdad no se muy bien que es lo que te gusta, pero puedo suponer que como todo hombre, te gustan las de acción y ciencia ficción. Dayane parecía tan emocionada por esto, era enternecedor verla así, hablaba rápido y sin parar, casi parecía que hablaba sola, supongo que era porque hablaba de algo que le apasionaba. Pero dio en el clavo con lo que dijo, me gusta eso de la acción y la ciencia ficción. Lo se porque he visto películas en mi casa, y las que mas me han gustado son las que muestran a personas peleando y disparando contra aliens y vampiros. Eran extrañas, pero muy entretenidas. Al principio me costaba entender que todo era falso, pero después lo comprendí que las películas eran lo que mas representaba lo que hacían las personas, es decir, eran una mentira bien contada para captar la atención de todos y de esa manera obtener un mayor beneficio.  Eso era lo que para mi mas resaltaba de las personas, sus mentiras, todos mentían, todos traicionaban y hablaban mal a las espaldas de otros, sin importarles que hace una hora acababan de darles la mano y saludar a ese alguien de quien hablaban mal. Esa enseñanza se la debo a la secundaria y al personal del laboratorio, siempre podía escucharlos maldiciéndose entre ellos y a sus espaldas. Las únicas veces que eso no era de esa forma era en sus cumpleaños o cuando hablaban de mi. Ahí no importaba que, todos se unían, al parecer el odio a  una misma cosa unificaba a las personas. Mientras caminábamos por el centro comercial de camino al cine que estaba en el segundo piso, Dayane no paraba de hablar de películas y no no dejaba de estar perplejo por las llamativas luces que habían en el centro comercial, me gustaban sobre todo unas tiendas de antigüedades que en sus vitrinas tenían luces amarillas. Al llegar a la plaza central del centro comercial, todo estaba iluminado con luces amarillas, el techo era muy alto y en forma de cúpula, en esa parte estaba sonando una guitarra acústica por los altavoces, era relajante, al rededor de esa plaza central, habían diversos puestos de comida muy llamativos. Todo daba una cesación de calidez que me resultaba placentero - que te parece, el experto en centros comerciales tiene hambre, ¿cierto? - se burlo Dayane - ven, comamos algo - dijo - ¡NO! gracias... pero no quiero comer - Dije de repente no era que no quisiera, es solo que no podía, Lisa me había puesto una dieta estricta, no podía romperla así nada mas. Pero la verdad es que me Moria por comer. -Okey okey, no hay porque ser grosero, no grites - Dijo Dayane - Lo siento, no fue mi intención - agache mi cabeza - Aaaah es broma, no te preocupes, se que no eres de comer cualquier cosa, solo bromeaba. Pero dime, porque solo te he visto comiendo pan cuando llevas algo de comer a la escuela. Casi nunca llevas nada para comer allá, pero cuando lo haces, solo llevas pan y leche.-pregunto Dayane -que juegos tan crueles - dije entre dientes mientras ella reía - Pues la verdad es que estoy haciendo una dieta durante un tiempo, me lo mando el nutricionista, digamos que es la dieta del pan con lácteos jaja - Mentí - Pero porque necesitas una dieta, digo... estas bien así, estas fornido, casi no veo grasa en tus brazos bien definidos, ¿Qué te pasa a que quieres llegar?  - Bueh no es tanto por adelgazar, en realidad es mas por cuestiones de salud, nací con una enfermedad estomacal muy rara que solo el  cinco porciento de la población mundial tiene, consiste en la intolerancia a ciertas proteínas. Así que mi nutricionista logro crear una dieta a base de trigo y lácteos que hasta ahora me ha sentado bien - Jamás había mentido tanto en mi vida.
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