Seis semanas después, Mackenna estaba sentada en su vieja oficina cumpliendo con las tareas de su trabajo; muy consciente de que estaba descuidando un expediente en su escritorio.
La facturación de Dulce aún no se había corregido, pero ella lo estaba evitando. Lo había estado evitando durante casi tres semanas y media.
Había volado de regreso a Phoenix casi tan pronto como el médico la había autorizado a volar. Su empleador aún no había ocupado su puesto y la oficina había sido un desastre con reemplazos temporales que no podían hacer el trabajo a su nivel de exigencia.
El hospital estaba encantado de tenerla de vuelta, e incluso le habían dado un aumento de sueldo al darse cuenta de lo valiosa que era para ellos durante el breve tiempo que estuvo ausente.
Le había dado a sus abuelos
