Mackenna intentó concentrarse en el trabajo que tenía en frente, pero estaba irritada. Su abogado la había llamado esta mañana. Su futuro exesposo estaba siendo una molestia. A pesar de que ella no había pedido ni un centavo de pensión alimenticia ni un solo centavo para cubrir los gastos legales, Alessandro estaba impugnando el divorcio. Su abogado no solo se había negado a revelar su dirección actual, citando la confidencialidad entre cliente y abogado, sino que también había solicitado una petición ante el tribunal para mantenerla fuera de las manos de Alessandro. Ella había informado que su cliente estaba en Estados Unidos, que tenía empleo y había proporcionado su información de evaluación fiscal como evidencia. Desde aquella noche en la que salió corriendo del hotel, él se había

