-Oh, dios! Kara! Soy tu tía Rose, la hermana de Bob- exclama ella feliz. Un recuerdo viene a mi mente mientras me abraza.
Recuerdo.....
Quedaba poco para que empezara a entrenar con papá y el tío Bob. Voy corriendo con mamá detrás de mi y llego donde la tía Rose, está me abraza y me separa del suelo dándome algunas vueltas en el aire haciéndome reír .
-Hola tía Rose- le correspondo el abrazo. Cuando nos separamos ésta me da unos caramelos a escondidas y me guiña un ojo cómplice.
Fin del recuerdo...
-Que grande estás hija- responde cuando se separa de mi sonriente. -Te hemos echado mucho de menos- dice con los ojos cristalinos.
-Yo también os he echado de menos pero Eleanor(mi madre) nunca me dejó volver.
-Y como esta ella?
-Ha cambiado mucho desde papá, ya no tiene esa felicidad en los ojos. Ahora es mucho más seria y no me deja hacer nada relacionado con el boxeo.
-Y como es que habéis vuelto?- pregunta extrañada.
-La han trasladado durante un año a la nueva sucursal aquí en Nueva York y si todo sale bien la ascenderán en Los Angeles- explico.
-Ah, ahora tiene sentido, pero me alegro de que estés aquí- me vuelve a abrazar y cuando se separa me da un sonoro beso en el cachete. Reímos. - Tu tío estará en su despacho o entrenando a alguno de los chicos- señala puerta de entrada al gimnasio, asiento y entro en el gimnasio. Nada más entrar lo veo encima del cuadrilátero entrenando a un chico rubio. Algunos de los que estaban entrenando paran y me miran.
-QUIÉN LES DIJO QUE PARARAN?!- grita Bob y busca con la mirada el causante de ello que soy yo- Kara?- pregunta, asiento feliz y veo como se le dibuja una gran sonrisa. Baja del cuadrilátero y corro a abracarle.
-Hola- digo cuando nos separamos.
-Seguid entrenando- exclama y me dirige al despacho.
-Hola ya no tan pequeña Kara- dice feliz.
- Si, hace mucho, tu también has crecido-señalo su barriga y ambos reímos. Me pregunta el motivo de que nos hayamos mudado, se lo explico todo y el asiente.
-Me alegra oír esto pequeña Kara- dice sonriente- como vas con el boxeo? Recuerdo que eras muy buena.
-Practico un poco a escondidas de mi madre, estoy un poco oxidada- respondo.
-Pues tienes las puertas abiertas de esta gimnasio cuando quieras.
-Te tomo la palabra eh- digo y ambos reímos.
- Y estás estudiando o algo?
-Sí, estoy estudiando derecho, me he trasladado a una de aquí- respondo.
-Eso está muy bien pequeña
-Y como van las competiciones?- pregunto entusiasmada y el sonríe.
-Bien, aunque hay un chico que es muy bueno pero se niega a las legales-dice.
-Es bueno?
-El mejor, pero no cambia de opinión el cojonudo.
-El se lo pierde
-Mañana vente a entrenar-dice ilusionado.
-mmmm, okey, a que hora?
-A las seis aquí, como llegues tarde te enteras- dice señalándome acusador. Alzo las manos divertida.
-Okey okey- respondo y ambos reímos, intercambiamos números y nos abrazamos.
-Te hemos echado mucho de menos- dice cuando nos separamos.
Salgo del gimnasio tras despedirme de ambos. Camino de nuevo al apartamento. Cuando llego veo a mi madre sentada "correctamente" en el sillón. Me mira acusadora.
-Se puede saber donde estabas?
-Dando un paseo- respondo y me esfuerzo por no rodar los ojos.
-Deberías estar estudiando, tienes la cena en la cocina, buenas noches- se levanta del sillón y desaparece por el pasillo, lo único que escucho es el sonido de sus tacones alejándose. Me dirijo a la cocina donde ceno tranquilamente. Lavo mi plato y voy a mi cuarto donde me lavo los dientes, me pongo el pijama y me dejo caer en los brazos de Morfeo.