1 Disfraz de Hada

2080 Words
Isobel. Me despierto de golpe, con la respiración agitada, intentando recordar mi sueño. No sé de qué se trataba, no lo recuerdo y si lo intento lo único que viene a mi mente son gritos, dolor, olor a hierro y una oscuridad aplastante. Mierda, creo que la locura está llamando a mi puerta. En una sociedad donde todo es posible, no me sorprende. Los vampiros convertidos en los héroes de la humanidad, salvándonos de la destrucción, salvando a nuestro planeta de la contaminación. Ahí afuera hay más de mil ingenuos que creen en la bondad absoluta de estos seres. Yo se mejor, no son nada bondadosos. Mi padre fue una vez Congresista, pero los vampiros lo mataron ¿Por qué? No quiso ayudarlos a establecer una de sus leyes. Que por cierto, solo los benefician a ellos. La humanidad sabe muy poco de sus salvadores y ellos quieren que siga siendo así. Pero claro, no puedo acusar a todos esos chupasangres de ser malvados. Después de todo, conozco a algunos que son bastante agradables. Me levanto de la cama y en media hora estoy lista para ir a la universidad. Salgo de mi edificio para encontrarme a Carol esperándome en su auto, un TecnoEcologi A9, estos autos fueron creados por los vampiros, funcionan con energía solar o algo así, no entiendo mucho su mecánica, lo que sí se es que todo aquel que necesite un auto debe usar un TecnoEcologi o alguna marca asociada, no importa si es una vieja versión como el A9 o una nueva como el D4. Quien incumpla esta ley es sancionado con una gran multa. Moraleja: si no puedes comprarte uno de estos autos amigables con el planeta y ridículamente caros,  camina o usa el transporte público (el cual también es amigable con el planeta) Carol es mi prima y una gran amiga, su papá le compro este auto cuando tenía diecisiete, su padre murió de la misma manera que el mío y eso resume el que todavía lo tenga. Su novio Esteban Kautar es un vampiro y uno muy guay en mi opinión. Subo y le sonrió. —Hola Carol—me coloco mis Ray-Ban, el sol está lastimando mis ojos. — ¿Lista para Halloween?— me mira escéptica. Pronto será Halloween, una noche en que los niños piden dulces hasta las nueve y tienen prohibido salir de casa después. No asisto a una fiesta de Halloween desde los diecisiete, y ella está decidida a arrastrarme a la que va a dar la familia de Esteban. Por supuesto todos los Kautar son vampiros, pero será una fiesta mixta. De este estilo están creciendo, aunque no tanto por las líneas que han dibujado los chupasangres en la arena. Miro a Carol y le doy la respuesta que quiere. —Por supuesto. Aprieta los dientes pero no me responde. No hasta que llegamos a la universidad, al menos. —Mentirosa— sisea— pero no tienes escapatoria. Se apea y va en busca de Esteban. Resoplo antes de bajarme y dirigirme a clase. Estudio en Columbia, Diseño de modas. Al igual que Carol, pero gracias al cielo no estamos juntas en todas las clases. Una vez en el aula me encuentro con Savannah, ella es una gran amiga aunque nos la pasamos peleando casi todo el tiempo, somos muy diferentes y ambas tenemos poca disposición a cambiar de opinión. —Hola Sav— me siento a su lado. —Hola Isobel— me sonríe antes de seguir dibujando. Ella es una artista con un lápiz o bolígrafo. Yo en cambio no lo hago muy bien, demonios lo más bonito que he dibujado es ropa, siempre ropa, es lo único que puedo dibujar bien, de resto son garabatos a los que milagrosamente mi profesor de Dibujo Artístico encuentra sentido. — ¿Qué dibujas? —Un nuevo oufith, para ti de hecho. — ¿Qué? Déjame ver. Tomo su libreta y examino el dibujo, veo una falda negra de talle alto, corta, con un suéter de punto y una mullida bufanda. Bufo. —Mi estilo es mejor que eso. Pone los ojos en blanco. —Tu estilo de chica mala ya está algo viejo, ¿No crees? Es hora de dejar los jeans con  rotos y las chaquetas de cuero. Una falda no va a matarte. —Yo podría decirte lo mismo, un pantalón no va a matarte— Sav, solo usa faldas y vestidos, adora todo lo que le haga ver femenina y delicada. Quien nos ve juntas no puede entender como somos amigas. Sav es rubia de ojos verdes y labios rosas, hoy usa una falda color beige, una blusa suelta salmón con un jersey crema encima, conjuntadas con unos botines de piel de cobra. Lo cual es lo más atrevido que usa. Yo tengo el cabello n***o con mechas azul profundo y ojos de un inusual color violeta intenso, los cuales oculto con lentillas azules para evitar el escrutinio. Ojos de color inusual en un humano llaman  atención indeseada. Además ocultarlos, tiene el agradable efecto secundario de impedir que me tomen por un vampiro. Después de todo, esa es la característica que los delata a aquellos inexpertos que nunca han tratado con uno. Mi piel es dorada donde la de Sav es color leche, llevo unos jeans negros con rotos, una camisa blanca y una cazadora de cuero azul. Llevo los mismos botines que ella, pero de cuero gris. En apariencia no tenemos nada en común. Pero las apariencias siempre engañan. —Como sea— replica— ¿Qué te pondrás para Halloween? — ¿Es que nadie puede hablar de otra cosa?­-replico, ya cansada del tema, aunque sé que esto no es más que el principio. —Nop. Responde a la pregunta. Finjo pensarlo. —Mmm... No sé, la verdad es que estaba pensando en disfrazarme de vampira. Me da un codazo. — ¡Oye! —Para que no digas estupideces, para hacer creer a la gente que eres vampira solo tendrías que quitarte las lentillas y maquillarte. Eso— me apunta con su bolígrafo favorito— no cuenta. Suspiro. —Ok, entonces ¿Qué me sugieres? Sonríe con malicia. —Creí que nunca preguntarías, quiero vestirte de hada. Comienzo a mover mi cabeza de un lado a otro en negativa. — No, no, no. Ah no— espeto— Me niego rotundamente. — ¿Y si yo me visto de pirata vulgar?— hace un mohín. Sería divertido de ver, pero... —No subestimes mi inteligencia, de ninguna manera me vestiré de hada. Va a responder cuando entra el profesor seguido de muchos alumnos. —No hemos terminado esta conversación— advierte antes de prestarle atención al Señor Bailey. Al salir de clase, nos dirigimos a la cafetería Claren's, la más cercana a la universidad y también la más popular, tiene un ambiente agradable y luminoso. Allí nos encontramos con Carol y Esteban, este último no se ve afectado por el sol en lo absoluto, pero bueno, ningún vampiro podría morir debido al sol, solo necesita sus Aviadores para cubrir sus sensibles ojos y listo. —Esteban— asiento en su dirección. —Isobel— me devuelve el gesto. Esteban tiene la piel inmaculada, pelo rubio y ojos esmeraldas. Es alto y con la constitución de un nadador, con un six-pack típico de los de su especie (que por alguna razón siempre están en forma). ¡Quiero el metabolismo vampírico! Ya que Esteban podría comerse una vaca y no engordar ni un gramo. —Carol me contó que está decidida a llevarte a la fiesta de Halloween que dará mi familia—dice el susodicho. —Sí parece que Sav y Carol están conspirando en mi contra. ¿Sabes que Sav quiere disfrazarme de hada? Se ríe. —No creo que lo logres Sav.- sí, Esteban ha llegado a conocerme bien. Sabe que por nada del mundo aceptaría algo así, es casi como ir en contra de mis principios. — ¿Tanto dudas de mis habilidades?— ella finge estar ofendida. Le apunto con mi dedo. —Eso no importa, no vas a usarme como a una Barbie tamaño real. Te lo advierto Sav- nunca ocurrirá, espero que lo tenga presente. Mi amenaza cae a oídos sordos y nos reímos a carcajadas, como los viejos amigos que somos. La camarera aparece para tomarnos la orden. —Dos lattes, uno descafeinado, un té y una taza de café n***o— recito sin preguntarle a nadie. Ella se va con una sonrisa en sus labios, venimos cada vez que podemos y me he aprendido los gustos de cada uno. Un latte para mí, el descafeinado para Sav, té para Carol y café n***o para su novio. —Carol, este fin de semana mi hermana viene de visita— comenta Esteban. — ¿Ah sí? Nunca he conocido a la familia de Esteban, solo Carol los ha visto gracias a innumerables fin de semanas en los que se ha marchado con él a Vermont. Astrax es su hermanita menor y Carol dice que han mimado a la chica hasta más no poder, no obstante,  mi prima cree no es mala, por fortuna. Solo buena manipuladora e hiperactiva. —Exacto, y yo voy a estar ocupado con algunas cosas ¿Podrías hacer de canguro? Lo mira entrecerrando sus ojos. — ¿Y me lo dices hoy? ¿Viernes? he programado un montón de cosas para este fin de semana, ni hablar ¿qué harás? —Mmm...— mira a Sav— ¿Tu puedes? —Esteban, tú me agradas— le da una mirada de lastima— pero yo tengo planes y no puedo cambiarlos. Todos dirigen su mirada a mí. —No puedo creer que haga esto— mascullo muy bajito, tanto para que nadie excepto Esteban me escuche. Quien me da las gracias, con un sonoro beso en la mejilla. —Gracias Isobel, te debo una. —Cuidado, no dudare en cobrar— le advierto. Y es una advertencia sincera, yo soy Isobel Crawford y en las calles se me conoce como la Reina de lo Oscuro, crecí trabajando en las calles, y sigo teniendo mis contactos, negocios y la mitad de las personas que viven en ese mundo me debe un favor. Nadie sabe mi nombre real y muchos piensan que soy vampira, porque cada vez que hago una aparición en ese mundo, no llevo lentillas. Por lo que es más fácil llevar dos vidas paralelas, no mezclar lo bueno y lo malo. Y Esteban es un tipo con contactos he influencia, no estoy segura del cargo que ostenta entre los de su especie, pero sé que no quiere deberme un favor. —Aun así, te la debo— insiste. Levanto ambas manos en un gesto de derrota. —Bien, ya que insistes. Lo tendré en cuenta- podría ser de utilidad algún día. Mi teléfono suena y veo que es un mensaje de Scott. Scott sin apellido es mi mejor amigo, socio delictivo y un fantasma. No importa si el mismísimo Diablo quisiera encontrarlo, nunca lo haría. Y es por eso que es mi socio, es mi mejor amigo porque me entiende mejor que nadie, me escucha y me conoce mejor que cualquier otra persona. Te buscan. Delirium, a las 10. S.F El siempre firma sus mensajes así, Scott Fantasma, siempre me envía de un número diferente, por lo que las letras S F, son la manera en que sé que es legítimo, además del hecho de que muy pocas personas tienen mi número privado. No me molesto en contestar y sigo prestando atención a la conversación que gira en torno al fin de semana. |*****| A las siete me preparo para ir al Delirium, un club nocturno exclusivo y el centro de los  negocios ilegítimos de alto nivel. Mi oficina por excelencia, poseo un 50% de ese club y es uno muy popular, Scott posee el otro 50%. Me ducho de forma rápida, me visto con  unos jeas negros, un suéter del mismo color, una chaqueta de cuero negra y unas botas de combate. Del mismo modo, tomo una pistola de mi alijo secreto y la guardo en mi bota. Un cuchillo en la otra y dos espadas gemelas a lo largo de mi columna vertebral. Sujeto mi cabello en una trenza y pinto mis labios de rojo. No me coloco las lentillas, agarro mi largo abrigo de cuero y salgo de casa con mis extraños ojos violetas refulgiendo en la oscuridad.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD