Prólogo
Somos quienes somos. Cuando eres solitario, puedes apreciar los fallos de tu entorno y la belleza que te rodea.
Un solitario aprende de sus recuerdos y de sus propios pensamientos, llamándolos conciencia.
Una persona normal tiene tiempo para preocuparse por problemas banales y cotidianos, llenos de tabúes, normas y reglas que los dominan. Están condicionados a una vida repleta de mentiras.
Yo no. Ahora estoy llena de ira. Solo experimento una profunda ira, y sé qué hacer con ella. Me alienta, me impulsa y me guía hacia la muerte. No tengo que preocuparme por nada que perturbe mi paz; nada, salvo lo que realmente deseo. Yo no soy como la gente común y corriente.
Mis manos sueltan los papeles, que caen a mis pies como hojas de otoño, meciéndose, hasta tocar el frío suelo. Fotos, archivos, documentos con datos sobre mí que desconocía: Yo de niña, mis proteguidos y aliados, personas a las que aprecio. Me han traicionado, de nuevo he convivido con rl enemigo y nose que es peor, volver a sentir el amargo descubrimiento o los deseos sicopatas que he reprimido, despues de todo, soy lo que ellos, quieren, una amenaza.
Son perdonas qie hice la promesa de mantenerlos con vida y la ira se abre paso en mis entrañas, borrándolo todo.Ya no soy un ser racional.
Escucho su voz antes de desenfundar mi arma, apuntar a su cabeza y disparar.