— Definitivamente Aimee y usted son hermanos, ambos se hacen documentales en su cabeza y son tercos como mula. Dudo mucho que esas chicas vuelvan a cometer el mismo error y se lo pienso demostrar. Lucía entró al salón y yo la seguí, ella se puso delante de todas las chicas que se encontraban sumamente nerviosas por la situación sin embargo cuando les brindo una sonrisa lograron calmarse. — Necesito que me prometan y me den su palabra por lo más sagrado que tienen que no van a volver a hablar de más y van a ser una tumba cuando estén frente a un huésped del hotel en caso que miren algo personal de los mismos. Todas lo prometieron a unísono entonces Lucía me miró sonriendo y con sus ojos suplicantes para que rectificará mi decisión, coloque mis manos en la cintura y suspire. — Vayan a tr

