Adam Stone
Lluvia, siento las pequeñas gotas de la lluvia cayendo en mi rostro lo que me obliga a abrir mis ojos, lo primero que veo es un cielo gris y después me percato de toda la naturaleza que me rodea, me incorporo con dificultad tocando mi cabeza, menudo golpe.
Con dificultad me levanto ¿Dónde rayos estoy? No veo más que arboles a mi alrededor y un camino de piedra, he visto suficientes películas como para saber que eso nunca sale bien, pero considerando que estoy en medio de un bosque sin provisiones y con la incertidumbre de lo que pueda pasar, supongo que tendré que arriesgarme.
Me dejo guiar por el camino de piedras, esperando no lucir como estúpido, quizá esto no lleve a ningún lado.
Siento que mi piel se eriza de solo imaginar la cantidad de arañas que debe haber en este lugar, mejor no pensar en ello, mientras camino puedo ver a lo lejos una luz ¿Estaré muriendo? Odio no recordar nada, las cosas comienzan a esclarecer mientras más me acerco, puedo ver una especie de explanada al menos eso parece, pero noto que no soy el único acercándose, de las sombras salen más personas, gente que en mi vida he visto y algunos visten de una manera…, peculiar.
Estoy aún más confundido cuando, entre esas personas, veo a Juls quien se acerca corriendo a abrazarme y a juzgar por la expresión que tiene, ella tampoco tiene idea de nada, pero no somos los únicos, el resto de personas también se abrazan, unos buscan a otros con la mirada y cuando se encuentran se abrazan, se besan o se limitan a estar cerca.
—¡Adam! —sus brazos rodeándome y su piel cálida es lo que necesito para al menos mantener la cordura.
—¿Estás bien? —me detengo a observarla.
No luce lastimada.
—Sí, no sé qué pasó ¿Dónde estamos?
—Me gustaría saberlo, Juls
—¿Adam? —nos giramos para ver quién me habla —Madre mía, menos mal que estáis vivos.
Se acerca para abrazarnos como si hace años que no lo hiciéramos, detrás de ella aparece Donovan quién viene charlando con Johnny, creí que se ahorrarían del abrazo, pero no, apenas nos vieron se sumaron al gran abrazo grupal, veo el miedo en sus rostros, pero alguien tiene que mantenerse al margen.
Y tienes que ser tú ¿Verdad?
—¿Quién dijo eso? —preguntó teclitas mirando a todas partes.
—¿También lo escuchaste? Pensé que siempre había sido una voz en mi cabeza.
—¿Algo así como tu consciencia? —cuestiona, Juls y asiento.
Pues se han equivocado.
Haré de cuenta que esto no me está asustando más. Con cierta desconfianza observamos al resto de personas y temerosos nos acercamos todos, la única manera de conseguir respuestas es estando cerca, apoyándonos.
Comienzo a creer que todo esto debe ser una pesadilla
—¿Qué hace aquí Christopher?
—La pregunta es quién es la mujer y el hombre que están a su lado —agrega Dono.
—Un segundo —hasta siento que la veo más emocionada —es Valerie Collins, una de mis escritoras favoritas.
—Juls
—Siempre quise conocerla.
Dejamos de hablar cuando todos estamos a una distancia prudente entre nosotros, nosotros estamos confundidos, pero apuesto a que el resto nos ve como si fuéramos el enemigo, hay una caja negra al centro de nosotros, es claro que ninguno se anima a tocarla.
—Bueno —hablamos al mismo tiempo 3 personas. 2 hombres y una mujer.
Supongo que seremos los de la iniciativa, se callan dejándome hablar, no sé ni cómo empezar, carraspeo, incomodo.
—Me llamo Adam Stone —comienzo con cautela —creo que todos nos encontramos confundidos ¿Alguien tiene idea de cómo llegamos aquí?
Niegan con lentitud.
—Despertamos a mitad del bosque —habla la chica —la verdad es que estamos un poco acostumbrados a eso de escapar ¿Son parte del programa?
—¿Qué programa? —frunce el ceño mi novia.
—El programa f3 —responde como si fuera obvio —¿Están del lado de los líderes?
Genial, perdidos y con una loca.
—No —respondí sin saber de qué rayos hablando —ni siquiera habíamos escuchado el término
—Rachel, no des información que nos comprometa —habló un rubio.
La verdad es que yo me veo mejor.
La chica niega restándole importancia.
—Lo siento —estira su mano —soy Rachel —la estrecho y ella le da una mirada al resto —él es Ethan, mi novio —nos saluda el rubio —Alex un…
—Déjalo en amigo —interviene otro chico —él es Alex —lo señala —y yo soy Jack.
—Me llamo Isabelle —la mujer viste un vestido como si fuera parte de la realeza o algo así al igual que hombre a su lado —él es William —el hombre asiente —y nuestro amigo, Dorian.
El pobre Dorian tendrá que hacer un esfuerzo por quedarse con nosotros, por cómo luce calculo que tendrá al menos unos 60 años, mucho no creo que pueda hacer.
—Soy
—Valerie —la interrumpe, feliz.
—Juls —habló entre dientes obteniendo su atención.
—Perdón.
Eso solo le causa risa a la mujer.
—Sí, me llamo Valerie Collins, él es Christopher mi prometido y Evan mi…
—Solo díganme Evan —sonríe el chico del cabello castaño oscuro.
—Hola, Chris.
—Hola, Adam
—¿Se conocen? —pregunta su novia.
—De algún lado, no sé con exactitud de dónde.
Nos centramos en el último grupo, es la chica quién da un paso adelante.
—Soy Mia Campbell, mi novio Alex
—¡Oye! —ante la interrupción de su amigo pone los ojos en blanco.
—Perdón, soy Mia, él es mi mejor amigo Gael, mi novio Alex y Liam.
—¿Liam? —pregunta el aludido.
—Sí, Liam, a secas.
—Bien, soy Adam, mi novia Juls, Donovan su novia Chloe y Jonathan, así que si no hay más presentaciones creo que es necesario que
—¿Adam?
Mi cuerpo entero se tensa, siento algo extraño y aunque reconozco la voz, esta vez sé que hay algo diferente, confirmo todo cuando lo miro, está sosteniendo la mano de su novia.
—Hermano
Landon se acerca para abrazarme, y no sé por qué se siente como si no lo hubiera hecho en años, sé que he estado con él, pero parece como si partes de mi vida estuvieran en blanco, escucho a Hailey llamar “prima” a Juls y después abrazarla.
—¿Qué ha pasado?
—No lo sé —confieso —esperaba que tuvieras las respuestas.
—El listo siempre has sido tú, idiota.
—Te echaba de menos, pero, nos vimos hace poco ¿No?
—No lo recuerdo, es como si mi mente estuviera en blanco
La de todos, en realidad.
Nos giramos en busca de la persona que ha hablado, no vemos a nadie cerca, esa voz la conozco, de pronto, el viejito resultó ser más interesante porque comenzó a sacar una estela roja de sus manos.
—¿Qué demonios es eso? —pregunta Landon, alejando a Hailey del hombre.
—Es un brujo, sé que cuesta asimilarlo, pero no los lastimará —habla el que parece príncipe
¿Cuál es su nombre? Ah, sí, William.
—De hecho, los protegerá —asegura Dorian.
—Son los líderes ¿Qué quieren de nosotros?
Rachel, no soy líder del programa, están aquí porque sé que no la han pasado del todo bien, en cierto momento de su vida las cosas fueron en picada y se perdieron muchas cosas en el camino.
—¿Dios? —cuestiona Donovan.
No, ni de cerca.
—Es nuestra creadora —comento y todos se giran sorprendidos a verme
Veo que no has olvidado mi voz, Adam
—Nos puso en el lugar en dónde todo comenzó —aseguro.
Me miran incrédulos, como si no entendieran mis palabras, la verdad es que creo que soy el único que entiende esto, mejor que permanezca así.
—Así que todo el tiempo que creí que hablaba conmigo mismo, en realidad hablaba
Conmigo, sí. Dentro de la caja hay una hoja, cada una con un número, todos deben tomar una y se agruparan según el número que les toque, por ahora sigan el camino de luz y descansen, están aquí para cumplir un sueño, sus deseos se harán realidad, buena suerte.
—Espera —la detiene Rachel
Que ganen los mejores.
Es en ese momento que las luces de un camino se encienden y dejamos de escuchar su voz, como si nos hubiera dejado solos ¿Qué se supone que perdimos? ¿De qué diablos está hablando?
Seguimos sus instrucciones y tomamos un papel, sé que no podríamos intercambiar los números entre nosotros, ella lo sabría, nada se le escapa de las manos, sabiendo que, aunque todo esto parece una locura, nos sentimos más relajados de alguna manera y seguimos el camino quedándonos cerca de los nuestros, al llegar al final vemos una mansión, sigue estando rodeada de árboles, el interior es bastante impresionante, aunque seguimos teniendo nuestras dudas sobre algunas cosas, no podemos resistirnos al banquete que han preparado para nosotros.
Tomamos asiento, cada silla tiene nuestro nombre asignado, da igual lo que esté pasando disfrutamos de la comida que se ha preparado y tengo que reconocer que es mi buena, seguro que mis tips le han servido, charlamos un poco entre grupos, los que nos conocemos claro está, al ver de nuevo los sobres que contienen el número de nuestro equipo sabemos que tenemos que hablar, la sala hacia donde nos dirigimos es también amplia, algunos se quedan sentados en los sillones, otros en el suelo, nos miramos, habrá que romper el hielo de alguna manera.
—Creo que todos estamos relacionados de alguna manera, algunos más que otros —enfatizo mientras miro al grupo de realeza.
¿De qué libro de fantasía se escaparon?
—Si no confiamos entre nosotros ¿Cómo saldremos de aquí?
—El rubio tiene razón —comenta mi tocayo de pelo —tenemos que encontrar la forma de saber qué nos pasó y podremos hacerlo solo si nos apoyamos.
—Bravo, el héroe del día.
—¿Cuál es tu problema conmigo, Alex?
—Ninguno, Ethan.
—Otro Alex con el que lidiar —suelta, divertido.
—Déjame ya, Liam.
—Pero si eres un encanto, Alexito.
—Alexito —repite Landon, burlón.
—Landon, no es momento.
—Ya, perdón.
—Liam, ya déjalo.
—Mia, no te metas que estoy enojado contigo.
—¿Conmigo? —se cruza de brazos.
—Pues no es el único molesto.
—Oh, claro, saca a relucir tus celos, Evan —Chris parece estar acostumbrado a esto.
—¿Mis celos? ¿Tengo que recordarte quien ama más a Valerie?
—Evan, no me vengas con eso.
—Claro, ya veo que mucho no te importa.
—¿Se puede saber qué te causa gracia, Isabelle? —William la mira enarcando una ceja.
—Al menos ellos intentan demostrarse que se quieren.
—Oh, y yo no lo hago ¿Cierto?
—No creo que llamarme traidora y acusarme de ser igual que Victoria sea precisamente una prueba de amor.
—¡Tu madrastra me tendió una trampa!
—¡Pues para que te dejas engañar por las mentiras de mi gemela?
—¡¡Suficiente!! —grita y se pone de pie, mirando a todos visiblemente molesta —¡Sois todos unos críos, dejad de pelar ya!
—Adoro su acento —suspira Dono.
—Esto se está saliendo de control.
—Ya sé, teclitas.
—Adam… —veo la súplica en los ojos de Juls —haz algo.
Parece que sigo siendo el único manteniéndose al margen. Me pongo de pie observándolos, todo esto sigue pareciendo irreal.
—Dejemos las peleas para otro momento, todos estamos tensos y cansados, no sé de qué manera llegaron a este lugar, pero al menos a mí no me ha dejado de doler la cabeza desde que desperté a mitad del bosque, si queremos salir de aquí tendremos que seguir las indicaciones, somos personas maduras, no debe ser tan complicado.
—Y sería bueno que llevemos la fiesta en paz —me apoya Landon —hay mucho que no entendemos y que no recordamos, la creadora dijo que se perdieron cosas en el camino, algo que evidentemente no recordamos y no me apetece hacerla de niñero de nadie, hagamos lo que pide, mantengámonos tranquilos y saldremos vivos de aquí.
—¿Qué numero tienen? —suspiro, sabiendo que este será el causante de otro caos, miro mi sobre —Tengo el 1 —sonrío de lado —obviamente, siempre soy el primero.
—Yo también —asegura Juls. Menos mal.
—Y yo —teclitas levanta la mano.
—Madre mía yo también ¿Os parece coincidencia?
—Pues estaré en su equipo —comenta Alex.
Por lo que tengo entendido, hay dos Alex entre nosotros, uno se apellida Coleman y el otro García, Alex y Alexito, el alto y el de estatura promedio, ni hablar, toca ubicar por apellidos.
—Perfecto, Coleman,
—Yo también estoy contigo.
Bueno, veo que tener al brujito de nuestro lado puede ser benéfico.
—Y yo —sonríe.
—¿Estás seguro, Jack?
—Rachel, son solo juegos, no moriré, descuida.
—Bien, Jack, bienvenido al mejor equipo ¿Alguien más?
Apuesto a que Donovan y Landon están esperando y quieren hacerse los graciosos.
Al ver que nadie más habla, me preocupo un poco.
—¿Dono? —niega
—Tengo el número 2.
—Yo también —interviene Landon.
Ya empezamos mal, qué más da, son solo juegos absurdos, no pasa nada si no están conmigo.
—Tengo el número 3 —Rachel echa una mirada para ver quién más está de su lado.
—Estás de suerte, amor, también tengo 3.
—Soy 3 —sonrie triunfante Liam
—Perfecto, tengo que quedarme con el idiota de Liam.
—Tampoco es que me agrade la idea, Alex.
—Creí que estarías conmigo —comenta su novia, Mia agachando la cabeza —soy número 2
—No estarás sola —Gael la rodea con sus brazos —también soy 2
—Yo soy 3, díganme que tengo un conocido por aquí.
—Lástima, William, estoy contigo, soy 3.
El tal William no parece disgustado con la idea de que su princesa esté con él. Quedan cuatro personas, puedo ver la desesperación en los ojos de mi amigo, Landon necesita obtener respuestas con urgencia, Hailey parece decepcionada y agacha la cabeza.
—¿Amor?
La tristeza desaparece y es sustituida por una sonrisa burlona.
—¿Creíste que te librarías de mí, Leith? Soy 2 contigo.
Y el único que parece estar destinado a sufrir es Christopher.
—Parece que hay una especie de patrón, ciertas parejas están juntas, asumo que no estoy contigo —mira a Valerie —soy 3, y con eso se cierra mi equipo.
—Soy 2 —aclara un poco su garganta.
—Descuida, Chris, cuidaré de ella.
—Vete al diablo, Evan.
De acuerdo ¿Y ahora qué?