Joan cayó en cuenta de que le había mentido a sus hijos, pero es que jamás pensó en que se los podría encontrar en este lugar tan recóndito.
David lo miraba con odio
Eli lo veía con odio, rencor y con mucha decepción.
Jonathan muy curioso dijo:
— Y ¿por qué ella está panzona? ¿ Tiene un bebé ahí?
Todos pusieron atención en las palabras y en la dirección hacia donde señalaba el dedito de Jonathan.
—Oye niño, no estoy panzona, estoy embarazada, vas a tener un hermanito, tal vez una hermanita una niña que tú madre nunca le pudo dar a tu papá.
El niño no entendía nada, ni notaba la manera tan despectiva y mala con la que le hablaba la mujer, pero Eli sí y estaba que echaba chispas, iba a romperle la cara, pero David se dio cuenta y la toma entre sus brazos antes que hiciera una tonter
