Capítulo dieciocho Se ha quedado conmigo. Ya casi es media noche y no me ha dejado ni un solo segundo sola. —¿Quieres algo? ¿Necesitas algo? —masajea mi cabeza haciéndome piojitos —¿cómo te sientes? Luna, si esto es lo que viviré al estar al lado de él, por favor, dejame ser suya ya mismo con todas las palabras en mayúscula. —Solo no te despegues de mí, eso es lo único que te pediré por el momento —me acomodo en su pecho —déjame descansar así —le tiro los brazos al cuello y me subo aún más en su cuerpo. Hay que aprovechar el bug. —Conmigo no te vas a recuperar así nada más, tienes que comer algo, llamar a tu abuela para que te revise. Me levanto de su pecho —¿Qué? ¿Cómo que no? Sonríe —No, no te vas a recuperar robandome la energía. Habla inocente y bajo la cabeza inmediatamente,

