Capítulo treinta y seis Una de las cosas que nunca pensé es que lo hiciese con él en un auto y para acabar con cientos de universitarios entrando y saliendo sin sospechar nada. Estoy agotada por poner mi energía para que todo el mundo viese que la camioneta estaba sin moverse e intacta. No es mi culpa, yo he querido practicar más el difuminar la realidad, pero tú no quieres. Me consumo en menos de una hora, por favor, sé considerada. Ruedo mis ojos y dejo caer la cabeza en mi escritorio, doy un gran bostezo al sentir mi cuerpo pesado y finjo estar durmiendo cuando escucho los pares de zapatos de ambos hermanos cabezones que tengo venir en dirección a mi lugar sagrado. Lo que menos quiero en este momento es que me agobien, solo quiero descansar un poco para que Key este satisfech

