Capítulo veintisiete
Y aquí me tienen.
Frente a un montón de estudiantes explicando la clase del profesor al que le dije que enseñaba como la mierda y la verdad es que razón no me faltaba.
—¿Alguien más tiene una pregunta sobre la clase o a todos le quedo claro la forma en la que explique? —dejo el rotulador sobre el pupitre y observo de reojo como es que ni si quiera se ha tomado la molestia en apuntar algo de lo que he dicho.
¿Qué es lo que piensa?
El silencio de todas las personas me confirma que nadie más tiene algo que decir y les señalo la puerta para que puedan salir de la gigantesca aula, inmediatamente se levantan animados por salir temprano y muchos me alzan la mano en forma de despedida cual alumno se despide de su profesor.
Joder, quien diría que de una reunión en la
