Esposa arreglada.

2205 Words
Después de su intento fallido de hablar con Aaron ayer, Carolyn había estado en la oficina de Aaron tres veces esta mañana. La cuarta vez, la recepcionista le dijo que Aaron no quería verla. Como tal, recurrió al último medio y fue esperarlo en la cafetería. No tenía amigos porque no hablaba mucho. Su atención estaba dedicada a su trabajo cada vez que estaba en la oficina. No pasó mucho tiempo antes de que dos hombres elegantes entraran en la cafetería, hombro con hombro. Uno era amistoso mientras que el otro era frío. Era un contraste. Mateo saludaba cortésmente a los trabajadores mientras Aaron caminaba como un molde de cemento. Se sentaron juntos en su mesa reservada en el medio, desde donde tenían una buena vista de todo lo que sucedía. Carolyn se deprimió al ver a Aaron en compañía de otra persona y no sabía cómo acercarse a ellos. Hablar solo con Aaron no iba a ser fácil y ahora, también había otra persona. Pensó en todo el asunto, respiró hondo antes de acercarse a un chico que también era de la oficina de contabilidad. —¿Ese hombre es amigo de Aaron? El chico la miró de manera extraña y preguntó: —¿Por qué mencionas su nombre de manera casual? ¿Lo conoces? El otro hombre es el director ejecutivo adjunto y son mejores amigos. Carolyn se derrumbó mentalmente, supo al instante que no conseguiría la oportunidad de hablar con Aaron a solas. —Gracias —dijo ella y se puso de pie. —¿Vas a ir allí? Esos hombres no permiten que las mujeres se les acerquen cuando vienen a comer. Eres nueva. No te avergüences y conviértete en el payaso de la empresa. Sus palabras aumentaron su ansiedad y ella tembló. No iba a ser fácil ir y hablar con Aaron frente a toda esta gente, pero pensando en la situación de sus padres, valió la pena. Se acercó a la mesa donde estaban sentados los dos hombres. Aaron la vio por primera vez desde que estaba frente a Mateo y mantuvo su expresión fría. Carolyn se acercó a él y le preguntó en voz baja: —¿Puedo sentarme? —No —respondió Aaron secamente. Su rostro enrojeció de vergüenza, ya que todos los cubiertos dejaron de moverse. Para alguien como ella hacer un movimiento tan atrevido, llamó la atención. —La interna realmente es atrevida. —Ella obtuvo lo que se merecía. —Nunca pensé que una persona distante como ella pudiera coquetear. —Si me preguntas, ella es una trepadora social. Carolyn solo podía escuchar murmullos ¡Joder este hombre realmente había decidido vengarse de ella! Sin pensarlo, acercó una silla y se sentó. Mateo sonrió y pensó que se veía linda. Más como una muñeca, pero Aaron era indiferente y se concentraba en su comida. Carolyn tragó saliva y dijo: —Lamento lo que dije ayer. Me casaré contigo. Parecía haber llamado su atención porque él detuvo su movimiento con los cubiertos que sostenía. Algo parecía haber cambiado en Aaron, pero no parecía obvio en su voz cuando preguntó: —¿Qué dijiste? El rostro de Carolyn se puso escarlata. No sabía lo que estaba pensando Aaron y pensó que él estaba empeñado en vengarse de ella por lo que hizo. Sin embargo, ella habló un poco más fuerte. —Dije que me casaré contigo cuando estés listo. —¿Por qué cambiaste de opinión? —preguntó seriamente. Había visto las llamadas perdidas de Jeremy y empezó a sospechar. Carolyn no esperaba que este hombre fuera tan cínico y desvergonzado era obvio que sabía la razón de su cambio de actitud, pero aun así el hombre está empeñado en humillarla. Carolyn se vio en un gran dilema. Si dijera que era por sus padres, entonces era una cazafortunas. No podía decir que era porque lo amaba, estaría siendo mucho más cínica e hipócrita que el hombre que ahora la estaba mirando con ojos de halcón. Después de todo, ella no lo amaba. Su silencio se estaba volviendo incómodo, pero Aaron no se lo estaba dispuesto a dejarla ir tan fácil. Necesitaba una respuesta a su pregunta. —¿Por qué quieres casarte conmigo ahora? La gente de la cafetería los había convertido en el centro de atención. El CEO de hecho estaba respondiendo a la distante interna y por más que ellos quisieran escuchar de qué estaban hablando les era imposible. Las manos de Carolyn que descansaban sobre sus muslos se cerraron en puños para evitar que temblaran. Sin embargo, se las arregló para mostró una hermosa y brillante sonrisa. —Pensé que sería bueno tener un marido tan guapo y rico como tú —tan pronto como dijo estas palabras quiso desaparecer por arte de magia. Mateo estaba a punto de soltar una carcajada, cuando Aaron lo fulmino con la mirada. —Ya que estás lista, nos casaremos en una semana. Hasta entonces, vivirás con mis padres mientras hacemos los arreglos necesarios —dijo Aaron sin emoción alguna. No le daría la libertad de continuar su relación con Jeremy. Puede que no lo diga en un lenguaje sencillo, pero esa era su intención. —¿¡Qué!? ¿¡Por qué no puedo ir a mi casa!? —preguntó ella en un tono confundido ya que había sido completamente inesperado. —¿Es eso acaso un problema? —inquirió él en un tono de advertencia. —No —respondió rápidamente por el bien de sus padres, cuando realmente quería gritarle que era un idiota cabeza de cerdo. —Bien. Un conductor vendrá a recogerte apenas termines con tu comida. No te preocupes, todo se explicará a tus padres —dijo Aaron casualmente. —Pero... Aaron la interrumpió. No quería darle la oportunidad de estar en desacuerdo. —¿O prefieres vivir en mi casa hasta que se hagan los preparativos? —preguntó de manera burlona. —No. Me mudaré con tus padres —dijo abruptamente ya estaba ansiosa por el hecho de casarse ¿Cómo diablos iba a vivir con un hombre narcisista y sin emociones el resto de su vida? Será mejor que Jeremy venga a salvarla cuanto antes. —Ve y come entonces, tu comida estará fría. —Tengo una pregunta. —¿Eso es? —Aaron preguntó con impaciencia. —¿Por qué quieres casarte conmigo? Quiero decir que puedes conseguir a cualquier mujer que quieras. Aaron la miró fijamente, se rió entre dientes y dijo con cierto sarcasmo: —Pensé que sería bueno tener una mujer con excelentes genes como tú. Cabello rojo, ojos verdes y por supuesto con buen estatus. Entonces, ¿por qué no tú? Carolyn apretó los dientes. De una u otra forma sentía que se estaba burlando, de su anterior confesión. —Retiro mi pregunta, pero no podemos tener una gran boda. Aaron frunció el ceño. —¿Por qué? Carolyn lo tenía todo planeado. Si tuviera una gran boda anunciando al público que ella es la esposa de Aaron, le sería difícil dejar a Aaron en el futuro y podría terminar siendo tildada de adúltera, en el caso que se enteraran de su relación con Jeremy. —Porque... no podré ir a trabajar o tener una vida normal si todos saben que estamos casados —mintió con descaro. Aaron percibía que era porque no quería ser el centro de atención del público, pero también tenía el temor de que fuera por su novio. Ella no quería que el mundo la conociera como la Sra. Harrison. —¿Es esa la única razón o hay algo más? —Es la única razón —dijo rápidamente. Aaron tampoco quería una gran boda, no quería que el mundo supiera sobre su relación. Sin embargo, todavía no podía superar de que su razón fuera por Jeremy. —Pensé que era por el que amabas. Tal vez no quieras romperle el corazón por casarse conmigo para salvar los negocios de tus padres y tu beca. Carolyn estaba sonrojada y avergonzada, ya que sintió que Aaron la había descubierto, pero rápidamente lo negó. —Es justo como dije. Él no le creyó, pero quería despertar algo de culpa en ella, lo que pareció haber funcionado. Carolyn se sentía tan picante que no podía quedarse sentada allí por más tiempo. Se puso de pie. —Voy a volver a mi asiento ahora —dijo abruptamente dándose la vuelta para alejarse. —Una última cosa —dijo Aaron, haciéndola detenerse en seco—. Espero que no nos volvamos a cruzar hasta que nos encontremos en el altar. —Lo recordaré —murmuró entre dientes, antes de alejarse. Aaron hizo una llamada tan pronto como ella se fue. —Mamá, la hija de los Miller ha aceptado el arreglo. Por favor, envía un conductor para que la recoja después del trabajo y la lleve a someterse a algunos tratamientos de belleza —su voz era fría mientras mantenía su rostro estoico. —Ella ya es bonita —respondió su madre desde el otro lado de la línea. Feliz de que el arreglo entre ambas familias se llevará a cabo. —Quiero que sea una mujer cuando camine por el pasillo al altar, no una adolescente, ya sabes a lo que me refiero —dijo Aaron. —Su mamá puede hacer eso —dijo Susana, sintiendo que no estaba bien ya que los padres de Carolyn todavía estaban vivos, pero estaba sorprendida por la razón de su hijo. —No quiero que sus padres ni nadie la vuelva a ver hasta después de la boda. Si es posible, debería dejar de venir a la empresa. Susan empezó a sospechar aún más y preguntó: —Aaron, ¿qué estás escondiendo? Aaron solo estaba protegiendo su interés, pero aún no iba a dejar que su madre supiera sus verdaderas intenciones. —Teníamos un trato mamá. —Está bien, hasta después de la boda —estuvo de acuerdo Susana. —¿Puedes monitorearla para asegurarte de que nunca hable con ningún chico? —Aaron preguntó antes de darse cuenta de que había dirigido la pregunta a la persona equivocada. —Aaron, ¿qué está pasando? —Susana preguntó ansiosamente. ¿Estaba su hijo huyendo de alguien? Ella no podía entender la razón detrás de sus acciones. Aaron no podía decirle a su madre que su padre le había cambiado la tarjeta SIM, lo que hacía imposible que sus ex la contactaran. Era lo mismo que quería que le hicieran a Carolyn: romper todas las líneas de comunicación entre ella y Jeremy en secreto. —Mamá, recuerda nuestro trato. Solo dile a papá y él sabrá qué hacer. —Está bien —Susana se rindió. Después de que Aaron terminó la llamada, Mateo lo miró con ojos críticos y preguntó: —¿Es lo que creo que es? Aaron apartó la mirada y bebió un poco de agua. No quería contarle a nadie sobre sus planes antes del matrimonio. —No sé de qué estás hablando. —¿Tiene esto algo que ver con Jeremy? —¿Qué pasa si lo hace? —preguntó retóricamente. La mente de Mateo entró en tercera marcha. —Espera un momento. ¿No es ella la chica... es la novia de Jeremy, verdad? —preguntó seriamente. —No me importa lo que pienses, pero ella es mi futura esposa. —Esposa arreglada. Ya era raro para Mateo que Aaron Harrison aceptara un matrimonio de conveniencia por más dinero o por que sus padres asi lo dispusiera ya que Aaron Harrison siempre hacia lo que quería. —No tengo nada de qué avergonzarme. La quiero y eso es todo. —¿Desde cuándo empezaste a tener ojos para la mujer de otro hombre? —preguntó y como si recordara algo, sus ojos brillaron—. Espera... ¿es esto... lo que creo que es? ¿Es por eso? —Suficiente. No quiero escuchar su nombre en tus labios. Ella debe descansar en paz y esa paz estará en poner a Jeremy de rodillas —Aaron se puso furioso y ladró. Incluso cuando discutían, no alzaban la voz para que nadie escuchara lo que decían. Mateo sonrió siniestramente cuando recordó todo lo que Jeremy le hizo a Aaron. —Creo que te subestime, pero oye, tienes mi apoyo. Entonces, ¿por qué no la dejaste comer con nosotros? —preguntó con una sonrisa genuina. La chica pelirroja con exasperantes ojos verdes iba a ser parte de sus vidas y, por lo tanto, tenía que conocerla mejor. —¿Por qué debería darle el privilegio que sólo merece una esposa? —Aaron preguntó irritado. Por lo tanto, hasta que ella se convirtiera en su esposa, él nunca le daría la libertad. —Ella es tan audaz y atrevida a pesar de aparentar ser tímida y distante —Mateo expresó su observación. —Que no te engañe su apariencia —dijo Aaron y agregó recordando su primer encuentro con ella—, debajo de su simple apariencia hay una tigresa esperando sacar sus garras en el momento indicado. Mateo le dio una palmadita en el hombro, recordó algo. —Es bueno saberlo, pero ¿no te estás olvidando de algo? Aaron estaba confundido. —¿Qué?
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