Aaron se apeó del coche y caminó hacia su lado. Abrió la puerta con cuidado y ella asomó la cabeza, a punto de levantarse cuando él se inclinó. Su mano derecha se deslizó debajo de su muslo mientras que su mano izquierda en su espalda, mientras la levantaba con cuidado del auto de lujo.
Estaba consumida por el aroma de su colonia y su respiración rápida que le calentaba la cara, mientras su cuerpo se elevaba por encima del nivel del suelo en el aire en sus brazos.
Carolyn se puso rígida ante la extraña sensación. Este hombre quería meterse en sus pantalones esta noche y ella no lo iba a permitir. Si no, ¿por qué si no sería amable con ella tan repentinamente?
—¿Qué estás haciendo? Puedo caminar sola —ella trató de zafarse de sus brazos, pero él la presionó más contra su pecho.
—Si abr
