Cuando yo tenía siete años, mi papá y yo fuimos a vivir a la casa de la familia Zuón, él sería el jardinero y, después de que mi mamá solo desapareciera, yo debía vivir con él. Cuando llegamos conocí a los niños de la casa, de los cuales, por supuesto, yo no debía ser amiga. Cosa de clases sociales. Pero los niños no entendemos mucho sobre esas cosas. Alexander era caprichoso, impulsivo, arriesgado, era muy valiente a pesar de tener casi la misma edad que yo; no se intimidaba con nada, por eso creo que conecté de inmediato con él, pues, a pesar de que siempre estaba haciendo tonterías y me arrastraba con él, siempre me protegía. Era divertido estar a su lado. Patricio era más grande que nosotros, por eso, aunque fue divertido estar con él, nos duró poco el gusto. La adolescencia lo ar

