Sophie:
—Estupid** viejo. —Sollozo recordando sus palabras.
La verdad Patrick me dio donde más me dolía.
Abrazo más la almohada que tengo entre mis brazos y lloro más fuerte. Ojalá hubiese conocido a mi papá, ojalá mi mamá me quisiera más, pero esta era la realidad y era una mierd**.
De repente alguien toca a mi puerta. —¿Sophie? —Me llama Lily, no quería ver a nadie.
Me limpié las lágrimas con una toallita de papel. —Vete Lily, por favor no estoy de humor.
Lily no dice nada por un momento y pienso que se ha ido, pero ella continúa. —Sophie, solo venía porque el señor Patrick me pidió que te diera la nota que dejo tu madre.
Sonreí, amargamente, quién sabe que sería esta vez. Me levanté de la cama dispuesta a abrir, pero el enojo y el rencor había mi madre pesaron más. —Mejor vótala, de seguro es para decirme que se fue otra vez.
Escuché a Lily suspirar y supe que podía ser cierta la posibilidad. Otra lágrima se derramó por mi mejilla.
—Escucha Sophie, estoy aquí para lo que sea que me necesites. Así que no me iré aún, esperaré en la sala de TV para cuando quieras hablar.
Me quité las nuevas lágrimas que habían rodado por mis mejillas. —Gracias Lily —dije sintiéndome mal. Ella era la que menos tenía que pagar por mis berrinches.
—De nada, Sophie. —Respondió mi amiga y luego de eso la escuche alejarse.
••••••••••••
Una hora después, ya me sentía mejor. Arreglé mi maquillaje y me llené de la energía que había agotado llorando.
No iba a quedarme aquí encerrada, aburrida y amargada, iría a esa fiesta, ya estaba bastante mayorcita para ir a una y vestirme como se me diera la gana.
Mirándome en el espejo de mi cuarto, me terminé de arreglar el vestido.
—¿Sophie, estás segura de esto? —Dice Lily nerviosa.
Rodé mis ojos y tomé mi gloss del tocador. —Claro que sí. —Le digo mientras me aplico otra capa brillante sobre mis labios voluminosos.
Una vez terminado, me volteo para ver a mi amiga. —Si a mi madre no le intereso avisarme que se iría de viaje, porque yo tengo que avisar que saldré.
Sabía que sonaba como una completa malcriada, pero la verdad no me importaba. ¡Tenía veintidós años por Dios!, y me agotaba escuchar siempre a Patrick decirme que hacer.
Como sea iría a divertirme, así rompiera las reglas que él me impuso. Sonreí y las rompería con gusto.
Creí que mi madre me había dejado una gran nota de disculpa por su ausencia, pero no, en el papel solo había unas simples líneas.
"Saldré de viaje por un tiempo y procura no enojar a Patrick".
Eso era todo y me enfermaba en serio el enojo que sentía por mi madre. Es que ni siquiera disculparse o por lo menos decir que me amaba, ¿qué le constaba?
Vi a Lily rascarse la cabeza. —No sé Sophie, tengo un mal presentimiento y, ¿si mejor nos quedamos?
Pongo el brillo labial en el tocador. —En serio, Lily, si continúas así seguirás soltera.
Lily suspira viéndose incómoda. —Sophie no es eso... —Su voz por último sale irritada.
Le sonrió, sé que tengo razón, mi amiga siempre temía cruzar la línea, pero ya estaba yo para ayudarle.
Me acerco a ella y le acaricio sus hombros descubiertos. —Lily, eres hermosa, joven y mereces divertirte. Connor se la pasa en fiestas, así que es momento de salir de esa burbuja y superar a tu eterno enamorado. Estoy segura de que habrá una fila de chicos, esperando para bailar contigo esta noche.
Lily me observa sin decir nada, sabe que tengo razón.
Continuo. —Eres inteligente, muy creativa y se te dan bien los números, en pocas palabras una mujer muy especial.
Lily sonríe. —No estarás adulándome solo para salir, ¿no?
Me pongo una mano en el corazón, fingiendo dolor. —Me ofendes Lily, no recurriría a esa bajeza.
Lily se ríe, pero ella sabe que siempre he sido sincera.
—Bueno, ya es hora de irnos. —Le digo saliendo de mi habitación.
—¿Pero si el Señor McCarthy se entera de que saliste? —Me pregunta en un susurro.
Niego mirando al pasillo desierto y por ende a la puerta de mi padrastro que está cerrada.
—Ese anciano debe estar durmiendo.
—¿Y si no es así Sophie?, ¿y si está despierto? —Pregunta mi amiga como una lora.
Rodé mis ojos y la enfrenté. —Muy bien Lily, para que estés más segura, vamos a su habitación. —Me empecé a alejar, pero ella me detiene.
—¡No, Sophie! —me dijo en un susurro bastante ruidoso—. Invadir la privacidad de otros no se me da, además de que es una pésima idea.
Me solté de su agarre. —Vamos Lily, no seas aburrida —dije en voz baja siguiendo mi camino hasta que llegamos a la puerta del anciano.
Escuché a Lily susurrar. —No debí hacerte caso, debí quedarme en casa.
Suspiré irritada. —Deja de ser tan miedosa. —La observé y tomé el pomo de la puerta dispuesta a abrirla.
—¡Yo no entraré! —dice mi amiga cruzándose de brazos.
Negué. —Ya deja de ser tan aburrida, solo será un segundo.
—Pero es que el Señor McCarthy me da miedo. —Su voz tembló un poco.
La observé con burla, ¿en serio? —No seas niña Lily, además Patrick solo es un anciano aburrido e inofensivo.
Mi amiga niega. —Aun así, prefiero quedarme afuera.
Asiento. —Ok —digo abriendo la puerta sin hacer mucho ruido y en el último minuto, tomo la mano de Lily y la hago entrar.
Ella hace un pequeño ruido sorprendido. —Mierd**, Sophie.
—¡Silencio! —dije en un susurro, lo que menos quería era despertar a Patrick.
Observé mi entorno y lo encuentro fácilmente dormido en su gran cama de sábanas grises. Patrick está boca abajo y no tiene la camisa puesta, su gran espalda y sus brazos musculosos están a la vista.
Me quedo mirándolo por un segundo y luego observo a Lily que tiene sus ojos tan abiertos que casi se le salen de sus cuencas.
—¡Wow, es muy atractivo!
¿Atractivo? Suspiré con añoranza, sí, es bastante guapo.
—Listo, ya comprobamos que está durmiendo, vamos —Le digo rápidamente.
Ya quiero salir de aquí, a decir verdad me pone nerviosa este cuarto.
Veo Lily persignarse dramáticamente.—Qué Dios nos proteja.
Solté una pequeña risa y observé a Patrick, con una sonrisa maliciosa. —Dulces sueños, abuelito.