Maksym era un hombre frívolo que no sentía dolor. Era un hombre calmado que le gustaba su paz y el silencio. Heredó la mafia polaca cuando su padre se retiró y desde hace varios años, pertenece al Sacerdocio. Una organización criminal que tiene el control de Europa y algunos aliados fuera de ella.
Tiene una hermana menor que es su viva imagen, pero ella quiere salir y tener amigas. Ahí es cuando Kassia, su hermana, conoce a Alice, una princesa que oculta su identidad, para no regresar a su país y casarse con un hombre mayor, para unir los reinos.
Alice y Maksym no tuvieron un buen inicio, pero nada podría salir mal si el mafioso se mantiene alejado de la muchacha malcriada y ella no interrumpe su perfecta paz.
Alice es muy dulce, pero debido a su identidad y las cosas que le toca ver al salir de su país, su carácter va cambiando poco a poco. Jamás pensó en meterse en la vida de un mafioso y mucho menos, que la llevara a vivir un sin fin de emociones que antes, desconocía.
Un amor de diferencias sociales.
Un mafioso.
Una princesa.
Una mansión demasiado pequeña para dos almas que no deberían haberse cruzado.