Braden frunció el ceño. ¿Por qué me suenan tanto estas palabras? ¿No fue eso lo que dijo hace unos días? Esta mujer era realmente caprichosa. ¿Cómo podía ser tan decidida? ¿Por qué sentía una pérdida en su corazón? Braden quería preguntarle a Shirley. Sin embargo, la mujer dio media vuelta y se marchó, sin dejar más que la vista de una espalda chic e indiferente. Cuando Shirley regresó del hospital a su apartamento, sacó rápidamente el ordenador. Después de teclear un poco, el virus informático que había atacado al Grupo Stewart durante varios días desapareció y el sistema de clientes del Grupo Stewart volvió a funcionar. Las discusiones en Internet finalmente desaparecieron y el volátil precio de las acciones del grupo Stewart se estabilizó gradualmente. —Shirley, ¿qué está pasa

