Braden pensó que Shirley estaba gastando bromas otra vez y no se tomó sus palabras en serio en absoluto. De repente, sintió un dolor punzante en el tobillo. Cuando miró hacia abajo, vio una serpiente negra erguida sobre su cuello y escupiendo letras de serpiente de color rojo brillante, apuntándole agresivamente. —¡Maldita sea! Braden frunció el ceño y pudo sentir claramente cómo los músculos alrededor de su tobillo se entumecían poco a poco, haciéndole casi incapaz de mantener los pies. Rápidamente tiró de Shirley detrás de él y le dijo con calma —Yo me la llevaré. Elige tu momento y vete rápido. —¿Te mordió? Shirley apretó los puños y dijo con voz tensa —Esta serpiente tiene un anillo de plata en el cuello. Debe de ser muy venenosa, ya que vive en este lugar húmedo todo el año.

