La voz de Braden era fría y ronca. Susurró al oído de Shirley con agonía y rabia —Shirley, ¡realmente eres la mujer más fría y desalmada que he visto en este mundo! Los sentimientos acumulados durante cuatro años afloraron incontrolablemente en aquel momento. El hombre la abrazó con fuerza como si quisiera integrarla en su cuerpo... ¡Parecía que sólo así podría asegurarse de retenerla en su vida y no darle otra oportunidad de marcharse! ... Shirley sintió un poco de dolor por su abrazo, y sus cejas se fruncieron ligeramente. Podía darle la vuelta fácilmente, pero no se resistió. Como un conejito, se dejó abrazar por él. Shirley solía anhelar su abrazo, que era seguro, poderoso y cálido. Sin embargo, ahora no se dejaba influir en absoluto. Era fácil enamorarse de alguien, y tampoco e

