Tras la reunión, Shirley tenía el corazón encogido. Era demasiado idealista. Pensaba que las cosas iban como debían... ¡Pero resultó que Ewan había estado haciendo todo el trabajo duro por ella! De repente se sintió muy cansada y quiso darse un atracón de alcohol y relajarse. Justo entonces, su buena amiga, Nancy, llamó. —Oye, Shirley, ¿estás libre? Lo perdí... ¿Podrías venir a beber conmigo? Nancy lloraba desconsoladamente. Shirley había estado preocupada por Nancy y quería encontrar una oportunidad para consolarla, así que respondió sin vacilar —No llores. ¿Dónde estás? Voy enseguida. —Bar Toyboy. —He pedido la mejor cabina y el vino más fuerte. Tenemos que emborracharnos esta noche. Nancy probablemente ya había empezado a beber. Sonaba muy drogada. ¿Bar Toyboy? Recientemente,

