MADS
EN EL PASADO...
Estaba sentada en la barra de bar local con Danna, una de mis mejores amigas de la escuela; había bebido más de lo que acostumbraba normalmente, que era casi nada, estaba tan enojada y decepcionada de todo y de todos, sentía que la vida podía ser una mierda completa.
Mi novio de toda la vida, mejor amigo y compañero de aventuras, decidió que el dinero era más importante que nuestro amor; después de tantos años juntos, el muy bastardo decidió que era más importante conservar su estúpido estatus social antes que conservarme a mí y eso que supuestamente me amaba con toda el alma, que tal que no lo hubiera hecho.
Aún puedo recordar cuando nos conocimos en la escuela primaria, él era el niño más guapo, correcto y educado del mundo, todo cabello oscuro perfectamente peinado y con los ojos azules más bonitos que una niña hubiera visto.
Una mañana justo después del recreo, unos niños malvados se metieron conmigo, pegaron chicle en mi cabello y me hicieron sentir miserable; él me encontró llorando, tirada en el piso del patio, me consoló y me prometió que todo se iba a solucionar; luego llamo a la maestra quien puso hielo en mi cabello y pudo retirar el pegote sin tener que cortármelo. Desde ese día él se convirtió en mi héroe y protector, nos convertimos en mejores amigos, éramos inseparables; las niñas se morían por él, pero Benjamín Black solo tenía ojos para mí, la niña marginada y pobre de la escuela; mamá decía que cuando no tienes dinero, debes hacerte camino en la vida, así que mi responsabilidad era estudiar, ser la mejor y llegar a ser alguien muy exitosa para ayudar a mi madre, ella siempre estaba enferma o en el hospital; eran días duros cuando se ponía mal, pero Ben siempre estuvo ahí para mí, consolándome, reconfortándome, preocupándose por mí y siendo mi paño de lágrimas.
Cuando cumplí 14 años en el baile escolar Richard Donovan me tomo por sorpresa y me robó un beso, Benjamín se enojó tanto que lo golpeo en la cara y le rompió la nariz; cuando la maestra lo llevo a la oficina del director y le preguntó ¿por qué lo había hecho?, él solo dijo: — Ella es mi novia y algún día nos casaremos, no me gustó que ese idiota la besara.— No lo sabía, pero en ese momento delante de los padres de Ben y de todo el mundo, me convertí oficialmente en su chica.
Pasamos la secundaria y la preparatoria siendo casi inseparables, hicimos planes para el futuro y él fue mi primero en todo, claro está, si no tomamos en cuenta el beso robado.
Ben más que mi novio era mi mejor amigo, mi confidente y protector, siempre cuidaba de mí y de mi madre, nunca me falló... bueno no lo hizo hasta que Emma Roberts se encaprichó de él; al principio pensé que era solo otra niña rica y tonta que quería robarme mi novio y que al igual que muchas podía intentar todo lo que quisiera, él nunca jamás la miraría, sería mío por toda la eternidad.
Poco tiempo después, luego que él se fuera a la universidad, me daría cuenta de que en esta vida nada es seguro, solo la muerte, pensé que Ben nunca iba a ceder al chantaje de esa horrible chica malcriada y caprichosa, pero su padre casi muere de un infarto y para él no hay nada más importante que su familia y al parecer yo nunca estaría en ese rango de importancia.
Cuando llego el momento de cumplir con el compromiso pactado por ambas familias, él me prometió que nunca tocaría a esa mujer, que todo sería un contrato en el que ambos serian una pareja solo para las apariencias, honestamente, quería creerle… Pero ella era hermosa, rica, educada y perfecta; no es que dudara que él no me respetaría, pero tomó una decisión que afectó nuestras vidas, prefirió el dinero y el estatus social; pudimos trabajar juntos por salir adelante, pero para él fue más importante el cochino dinero. Así que me negué rotundamente a ser esa chica que pone su vida en espera, no podía vivir de acuerdo a lo que otros querían o esperaban de mí, decidí que luego de sufrir por ese mal hombre, iba a comenzar una nueva etapa de mi vida, Benjamín Black se podía ir muy la mierda, esa noche me vestí para la fiesta, iba a conocer a alguien y a sacar al bastardo de mi vida para siempre.
Decirlo era una cosa muy diferente a hacerlo, desde que Danna y yo llegamos no hice más si no rechazar a cuanto incauto se atrevía a acercarse a tratar de ligar conmigo, era muy difícil después de tantos años de amar a alguien solo querer sacarlo de tu corazón y tus pensamientos, así que, ya que no podía hacer lo que me había propuesto, el plan B era a ahogar las penas en alcohol, ese idiota y su nueva esposa se podían ir muy a la mierda, él y su sucio dinero me podían besar el culo; — mira tú — pensé— Soy una borracha grosera y pendenciera — debía tenerlo presente para no terminar en la cárcel por armar un pleito.
Todo iba bien y tranquilo hasta que la puerta del bar se abrió y casualmente voltee la mirada, ahí estaba él, alto, fornido, con su barba desordenada y el cabello rubio un poco largo, amarrado en la cima de su cabeza en un moño muy varonil y sensual, me recodó de inmediato al dios del trueno, era como si un halo de luz lo iluminara por todos lados o tal vez yo ya estaba al borde de una intoxicación etílica, no lo sé bien, pero solo lo vi y sentí como si algo que no había sentido antes revoloteara muy dentro de mi ser, como si me hubiera golpeado un meteoro justo en el pecho, su mirada encontró la mía, luego caminó hacia la barra y se sentó junto a mí.
—Déjame invitarte un trago — Me dijo muy serio, yo solo asentí con la cabeza y él le pidió al barman otra ronda de lo que sea que yo estuviera bebiendo que casualmente era whiskey, no sé por qué pedí eso, ya que nunca lo había bebido, luego de esa primera bebida, todo es un poco borroso en mi cabeza, bailamos muy pegados, nos reímos, seguimos bebiendo y luego simplemente le dije:
—Salgamos de aquí.
NOTA DE AUTORA
Este es el quinto y último libro de la serie "Amores de Hierro" espero pronto comenzar con las actualizaciones diarias y que puedan disfrutar de la historia de nuestra querida Madison y si dios del trueno Christopher Black.
XOXO.