Minutos más tarde… Después de disfrutar del pastel, y la comida llegó el momento de abrir los regalos. Emir desenvolvió los paquetes con dedos temblorosos de emoción, y su rostro se transformó en una expresión de absoluto asombro al descubrir el iPhone último modelo, el reloj deportivo de alta gama y la pelota de futbol. ―¡No puede ser!―exclamó, con sus ojos brillantes mientras sostenía los obsequios como si fueran tesoros invaluables.―¿En serio son para mí?―preguntó incrédulo, pasando su mirada de Ahmed a Kamal y luego a Nina, quien sonreía conmovida ante la felicidad de su hermano. ―Si son tuyos―dijo Salomón tratando de negar que aquel muchacho, lo comenzaba a apreciar. ―Pero… son costosos, Ahmed―dijo Nina. ―Lo sé, pero… quise regalárselos. ―Gracias―dijo ella queriendo besarlo y en

