Omar, con curiosidad, expresó lo que parecía una conclusión lógica: ―Tío, mañana pasaré para conocerla ―propuso, con el entusiasmo de quien no comprende completamente la profundidad de las aguas en las que se está adentrando. Salomón, abotonándose el bisht ceremonial con movimientos deliberadamente lentos, esbozó una sonrisa que mezclaba anticipación y advertencia. ―Está bien, me avisas porque… estaré ocupado ―respondió, con una sonrisa maliciosa que revelaba exactamente qué tipo de ocupación planeaba tener con su nueva "concubina". Minutos más tarde, 8:00 pm… Las ocho de la noche la exclusiva sala de recepciones de Al-Sharif Developments era espacio, un alarde de opulencia y buen gusto, había sido transformado en un escenario digno de Las Mil y Una Noches para la tradicional gala de

