Salomón, observando esa expresión que tanto había llegado a amar, la acercó más hacia él y le preguntó: —¿Eso era todo? Nina lo miró fijamente, y se dijo en pensamientos con una determinación que la sorprendió: «Si Salomón es un mafioso de verdad como creo que es... tal vez si le digo lo de Soraya, es capaz y la mate. Esa maldita mujer me engañó, me golpeó y me trató como si fuera peor que una basura sin yo hacerle nada» Así que tragó profundo, se llenó de valor y con todo el rencor que sentía hacia Soraya y la confianza que le daba Salomón, le confesó: —No. Hay otra cosa. —¿Otra cosa? —preguntó Salomón, alzando una ceja con curiosidad renovada. Salomón enseguida pensó con una punzada de pánico: «¿Será que dejó un hijo en Albania? Eso no me lo dijo Hassan que la investigó» —¿Qué s

