Tomando una carpeta de cuero negr0 de su escritorio, Salomón salió de la habitación con la determinación de un general que ha trazado su estrategia de batalla. En el pasillo, se encontró con Hassan, quien hablaba animadamente por teléfono, gesticulando con la mano libre mientras organizaba los últimos detalles de la fastuosa fiesta de Año Nuevo que Salomón ofrecería esa noche. Al ver aproximarse a su amigo, Hassan frunció el ceño, deteniéndose a media frase. Sus ojos recorrieron la apariencia de Salomón, notando inmediatamente los cambios sutiles pero significativos en su estilo habitual. Con un rápido: "te llamo en cinco minutos" finalizó la llamada y guardó el teléfono en el bolsillo de su impecable traje. —Vaya, ¿y ese look? Te ves más joven —comentó, con un tono que mezclaba sorpresa

