Inclinó la cabeza ligeramente, adoptando una voz exageradamente dramática que imitaba perfectamente la de Salomón: —"Hassan, me enamoré como un desquiciado total de Nina y no quiero problemas mortales con mi madre porque me va a decir que Alá me va a castigar eternamente por alquilar un vientre y sé que se va a encariñar perdidamente con Nina cuando la vea." Esa es la conclusión real y completa, ¿verdad? Esa era la verdad absoluta e innegable, pero Salomón, completamente fiel a su naturaleza orgullosa e inflexible, la negaba con la terquedad obstinada de una mula árabe. Así que lo miró con una sonrisa igualmente burlona, con sus ojos verdes brillando con desafío puro. —Já. Estás completamente equivocado —declaró, extrayendo un par de botas de combate n£gras de la maleta—. Ella obtiene s

