El sonido agudo y penetrante de su teléfono encriptado de máxima seguridad cortó abruptamente sus palabras. La pantalla del dispositivo mostró inmediatamente el código de identificación que había memorizado desde que se unió oficialmente a la organización. —¡Mi tío! —exclamó Omar con una mezcla de sorpresa y respeto reverencial, enderezándose instintivamente en su silla como un soldado que recibe la visita de su general supremo. Omar respondió con la rapidez y eficiencia que había perfeccionado durante meses de entrenamiento intensivo: —¡Tío, ya todo está perfectamente listo y coordinado! Los drones de reconocimiento no detectan absolutamente ninguna presencia policial en un radio de seguridad de veinte kilómetros, no hay agentes encubiertos, no hay patrullas rutinarias, no hay nada que

