Cuando Nina finalmente se rindió completamente al orgasmo que había estado construyéndose dentro de ella como presión volcánica, su cuerpo se arqueó violentamente contra el de Salomón, con su espalda formando una curva perfecta mientras un grito suave pero intenso escapaba de sus labios como si le hubieran arrancado el alma del cuerpo. ―Aaaah. Oleadas devastadoras de placer la recorrieron desde la coronilla hasta las puntas de los dedos de los pies, haciéndola temblar incontrolablemente mientras su vag¡na se contraía en espasmos rítmicos alrededor del miembr0 de Salomón. Salomón, sintiendo cómo ella se apretaba a su alrededor con una fuerza que lo llevó inmediatamente al límite de su control, no pudo contenerse más tiempo. Con un gemido ronco que emergió desde las profundidades de su pe

