—Estaba cansado, nada más —respondió finalmente, con una voz que intentaba sonar casual pero que no lograba ocultar completamente el peso emocional que había estado cargando—. Tuve... un día ajetreado, un poco complicado, necesitaba mi atención inmediata como siempre. Empleados inútiles y… una visita familiar inesperada. Nina frunció ligeramente el ceño, detectando la evasiva en su respuesta. Como alguien que había aprendido a leer entre líneas durante años de supervivencia, sabía cuando alguien estaba ocultando información importante. —¿Pero…trabajó hoy? ¿Un primero de enero? —preguntó con genuina curiosidad—. Pensé que las personas importantes como usted se tomaban los días festivos para descansar. No sé, como tiene tanto dinero. —Hacer dinero no es fácil y casi nunca descansas. Desca

