El nombre del lujoso rascacielos donde Nina había trabajado como limpiadora durante meses resonó en el pasillo como una acusación. Era uno de los muchos edificios propiedad de Al-Sharif Holdings, aunque Nina no podía saber ese detalle. Salomón había tenido oficinas allí, pero jamás la vio.
—Eh…sí, es de ahí —confirmó, aprovechando la salida que ella misma le ofrecía—. Desde ahí me gustaste, cuando… limpiaba las ventanas te veía. Quise… hablarte pero no sabía que estabas casada —continuó, construyendo rápidamente una narrativa para una historia improvisada y mentirosa—. Como tu marido se murió, las ganas por ti... me tomaron y por eso te besé, pero no quiero que te sientas... incómoda.
Inhaló profundamente, con el humo áspero llenando sus pulmones mientras organizaba sus siguientes palabr
