Laura se despertó temprano, la ausencia de Marco ya no la dejaba dormir. Pasó la mañana en el invernadero, Pedro le había traído nuevos rosales y suculentas, esa actividad era una especie de terapia, la mantenía tranquila. Los estaba atendiendo cuando Berta apareció en la puerta. - Chica, hay dos chicos pidiendo trabajo. - ¿Y yo tengo que resolver eso? - Es la dueña del rancho, cuando el patrón no esta es necesario que responda en su lugar. Los muchachos vinieron al rodeo de la próxima semana y necesitan refugio y vivienda hasta entonces. - ¿Está Pedro ahí? - Esta en el establo. - ¿Puedes pedirle a alguien que lo llame? - Claro. Cuando apareció Pedro ella le dedicó una sonrisa, le tenía cariño a ese chico. No tenía hermanos varones y lo veía como un hermano menor. Además, vio la ho

