Todavía en la cama, le acarició los labios. - Tengo cosas que organizar, vamos a darnos una ducha. Esa conversación es para más tarde. Laura sabía que estaba huyendo, se aferraba a la promesa suya y de Berta de que su marido no era un mentiroso. Las personas pueden resultar lastimadas al ser rechazadas por aquellos que les agradan. Y esperaba que la mujer hubiera sido herida sentimentalmente más que físicamente. Al levantarse ella sintió un tirón en su región íntima que le incomodó. Marco se dio cuenta. - Cariño, ¿estás herida? - No, solo soy sensible. Marco la miró, sabía que él no era paciente en la cama, y mucho menos gentil, pero lo estaba siendo por Laura, lo que nunca había hecho con nadie, tenía cuidado de no lastimarla, ella era pequeña a su lado. - ¿Está segura? - Sí, s

