Los otros eventos que siguieron fueron un torbellino de confusión. Pero tenía la sensación de que su alma estaba fuera de su cuerpo. Realmente había tenido miedo de que él se lastimara.
Cuando se calmó el alboroto y se entregaron las medallas y los premios, Marco la arrastró a una especie de palco individual.
En el momento en que estuvieron solos, Laura se aferró a él.
Abrió su camisa y presionó su nariz contra su pecho masculino.
Marco abrió los brazos y la acogió.
- Bebé, ¿está todo bien?
- Tenía miedo de perderlo, no sabía que era tan peligroso.
- Estoy aquí y no me voy a ningún lado.
- ¿Por qué hace eso? No se trata del dinero, ¿verdad?
- No, ni siquiera por el premio.
- ¿Por qué arriesgar su vida de esa manera?
- Cariño, yo…
- Dijo que no mentiría.
Ella quedaría asustada,
