El final de la tarde pasó rápido y cuando Laura subió a su habitación era hora de prepararse para la fiesta.
Era rápida y en media hora estaba abajo en vaqueros, chalet y con el pelo suelto. El chal estaba bordado a mano. No había usado aretes desde el ataque, pero hoy no estaría sola. Así que se puso los pendientes de aro que tanto le gustaban y se puso el pintalabios rojo que había comprado con Marco. Nunca había usado ese tono, ya que su madre decía que las mujeres solteras no deberían usarlo.
Cuando Marco la vio, se sintió como el hombre más afortunado del mundo, pero se sintió igual de mal por los celos.
- Estas hermosa bebé, me va a dar un infarto de celos y deseo.
La fiesta era ruidosa, había gente joven bailando, hablando y bebiendo. Se sentaron con las chicas de la cocina
