Capitulo 1

1229 Words
Corantin fue arrancado lentamente del abrazo del sueño por la cálida sensación que se aferraba a su región baja. ¡Chupar! ¡Chupar! Al oír el sordo sorbo proveniente de las sábanas, comprendió de inmediato quién lo había despertado. Aun así, levantó la manta que cubría su rostro. Pero, sin querer interrumpir el agradable "buenos días", simplemente hundió la cabeza en las almohadas y se concentró en disfrutar del momento. Su servicio era suave, enfocado en darle placer más que en provocarlo hasta la eyaculación. Su movimiento era elegante, solo balanceando ligeramente la cabeza, concentrándose en lamer el glande dentro de su boca y bombeando lentamente con una mano mientras la otra mantenía su m*****o hacia arriba. ¡Chupar! ¡Chupar! Un instante después de que le quitaran la manta, ladeó la cabeza para mirarlo. Al hacerlo, sus miradas se cruzaron. —Buenos días, amo —dijo ella quitándose la polla de la boca por un instante y dándole en cambio un largo golpe con la mano al eje. Incapaz de saber cuánto tiempo lo había chupado antes de que despertara, decidió recompensarla y dejarla llevar la iniciativa. Con un leve movimiento de cabeza, le indicó que siguiera el ritmo. Al ver esto, ella apretó los labios sobre la polla de su compañero y ajustó el movimiento de su lengua. Quería mantener la polla del hombre en su boca por más tiempo. Por lo tanto, no aceleró sus movimientos a un ritmo forzado. Aun así, le proporcionó mucho placer. Complacido, el joven llevó la mano a la cabeza de la mujer y comenzó a acariciarla. Ella dejó escapar un gemido ahogado y cerró los ojos, exultante. Finalmente, la mujer volvió a aumentar la intensidad de su mamada. En lugar de los suaves movimientos de vaivén centrados en el glande, como hasta entonces, empezó a tomarlo en toda su longitud y, con la mano libre, acarició el escroto. Su lengua, que hasta entonces giraba suavemente alrededor del glande enterrado, lamía frenéticamente su m*****o. La talentosa mujer lograba mover la lengua con destreza en el estrecho espacio que el pene había dejado en su cavidad. Tras unos minutos de intensa mamada, el joven sintió que se acercaba la eyaculación. Su pene empezó a contraerse y su respiración se volvió agitada. Sintiendo que su pareja estaba a punto de alcanzar su límite, aumentó la intensidad de nuevo con la intención de acabar con él. Hasta ese momento, la mamada había sido digna, pues solo emitía algunos sonidos tenues, pero ahora se centraba en complacer a su hombre hasta el orgasmo, por lo que lamidas obscenas escapaban constantemente de su boca. ¡Chupar! ¡Chupar! ¡Chupar! ¡Chupar! ¡Chupar! Bajo el aluvión de sensaciones que ahora asaltaba su ya palpitante polla, el hombre le gritó a la mujer anidada entre sus piernas: —¡Emily, me estoy corriendo! En respuesta a su grito, sintió que su pene se hundía más y el pistón se detuvo. Ella se había metido todo el pene en la boca para atrapar la carga de semen que lo impedía. Incapaz de permanecer en silencio ante el asalto de la talentosa mujer, el joven dejó escapar un patético gemido: —A-aahhh... ¡ahn! Tras su eyaculación, disfrutó brevemente del placer. Mientras tanto, su compañera se dedicaba a llenarse la boca con todo el semen que podía. —¡Fue increíble! Como siempre—, dijo mirando a las mujeres acurrucadas entre sus piernas. ¡Tragó! pensó él al verla relamerse los labios. —Gracias, señor.— Respondió rápidamente con la boca aún llena de semen. Solo había tragado lo suficiente para asegurarse de que no se derramara nada. Al callar, se aseguró de mantener la boca bien abierta para mostrarle su contenido a su amo. Cerrando la boca, movió sus mejillas hinchadas para mezclar su semen con su saliva. ¡Tragó! ¡Tragó! ¡Tragó! ¡Tragó! Finalmente, lo bebió despacio y en voz alta, perdiendo su anterior elegancia. Con la boca vacía, la volvió a abrir y acercó la lengua a la polla manchada de semen que tenía delante. Empezó a lamerla, retirando el semen pegado a la polla de su amo. Movió su linda lengua rosada, saboreando seductoramente su comida favorita. Corantin no se dejó engañar por su comportamiento; ella se esforzaba por excitarlo para que volvieran a la carga. Sin reparos en otra ronda, no luchó contra la lujuria que crecía en él y, enseguida, su polla, que se ablandaba, volvió a estar dura como una piedra. Ella dejó de lamer, esbozó una sonrisa y preguntó en tono coqueto: —¿Debería chuparlo de nuevo, amo? No tuvo tiempo de responder antes de que ella volviera a devorar su polla, revelando que nunca había tenido la intención de recibir una respuesta negativa. Por un lado, a Corantin no le molestó su acción. Por otro lado, sentía que debía castigarla antes de que se volviera demasiado arrogante, y como él quería tomar la iniciativa a partir de ese momento. Puso ambas manos sobre ella y la empujó con fuerza hacia abajo, forzando su polla hasta su garganta. Comprendiendo la intención de su amo, Emily ajustó el ángulo de su cabeza para permitir que la polla hinchada entrara mejor en sus profundidades. Después, se relajó, rindiéndose a Corantin. Cuando su polla entró en la garganta de la mujer, comenzó a apretar como un coño el m*****o del hombre. —¡Ugh...! Con la garganta llena por la polla de su amo, Emily empezó a atragantarse, y un gemido ahogado y doloroso escapó de sus labios. Al oírla, Corantin se llenó de un placer sádico y creyó haber entendido el mensaje, así que decidió recompensarla. Movió una mano de su cabeza a su falda y la giró, dejando al descubierto sus bragas. Volvió a la cabeza de la mujer y metió una pierna entre las de su compañero. Entonces le indicó a Emily que levantara el trasero, permitiéndole usar la rodilla para acariciar su coño sobre la fina tela. Como los ligeros movimientos no eran suficientes, Emily empezó a menear el trasero para aumentar la estimulación. Aunque no era mucho, sumado al placer masoquista que sentía al atragantarse, rápidamente hizo que Emily se mojara las bragas. Esto continuó durante unos minutos. Durante ese tiempo, Corantin retiraba esporádicamente su pene de su garganta para asegurarse de que no se desmayara. Mientras lo hacía, Emily entrelazó su lengua con su pene, asegurándose de que la estimulación no cesara. Cuando notó que venía su eyaculación, se hundió en la garganta de Emily hasta la base y liberó todo por su garganta. Al calmarse su clímax, soltó a Emily, quien también llegó al clímax. Una vez liberada del resplandor, Emily agarró el m*****o medio erecto frente a ella y comenzó a limpiarlo de nuevo. ¡Chupar! ¡Chupar! ¡Chupar! Sonidos obscenos volvieron a llenar la habitación mientras Emily sorbía rápidamente el semen pegado. Lo hizo rápido esta vez para indicar que, lamentablemente, se les había acabado el tiempo y no podían disfrutar de una tercera ronda matutina. Una vez limpia la polla de Corantin, Emily se chupó el semen de los dedos antes de recoger el que le había salpicado la cara. Una vez que su cara estuvo libre de semen, dijo: —¡Delicioso, amo! Espero que esta llamada de atención y este agujero hayan sido de su agrado.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD