A la mañana siguiente, Corantin estaba holgazaneando en la cama, disfrutando de su habitual despertar. La noche anterior le había tocado a Vallerie compartir su cama. Al igual que su hermana, le encantaba despertar a su amo con sexo oral y ser recompensada con un trago del jugo más delicioso del mundo. Una vez consciente, levantó las sábanas y admiró su trabajo. Ella estaba recorriendo su m*****o con la lengua. Mientras lo hacía, Corantin vislumbró la marca lasciva que adornaba su lengua. Sin criticar el trabajo de Vallerie, Corantin guardó silencio hasta que llegó a su límite, momento en el que le advirtió para que pudiera beber hasta saciarse. "Me corro, bebe." Al oír la advertencia de su amo, Vallerie dejó de lamer, abrió la boca de par en par y sacó la lengua para atrapar todo el se

