El día paso de lo más rápido, y cuando el cielo estaba por mostrarnos un hermoso atardecer ya todas las clases terminado. Camine por el estacionamiento abierto del instituto junto a Danielle y Fátima. Ambas tenían una personalidad muy fuerte, y recuerdo estar con ellas desde que inició la secundaria, se sintió bien compartir el almuerzo, las clases y hasta los secretos con alguien; Pero una parte de mi sabia que yo no encajaba en esta amistad. - Les llamaré luego de la cita chicas… deséenme suerte - me despedí al llegar al auto de Fátima, ella y Danielle viajaban juntas. - suerte esta noche - dijeron al unisonido y me abrazaron.
Camine a paso lento hacia mi auto, antes de subirme aproveche a ver si este había sufrido algún daño notorio por esta mañana, un pequeño rayón. Mi madre jamás lo notará. Examine más de cerca el área poniéndome en cuclillas buscando algún otro indicio de daño. Los autos viejos eran hechos de latón, un material difícil de abollar. Un punto para el carro viejo.
–No te preocupes… si fue mi auto el que sufrió los daños. - dijo alguien detrás de mí, me erguí rápidamente y gire; Allí estaba el dueño del costoso auto de pie viéndome. - como sabes que estudio aquí? - Pregunte mirando a mi alrededor en busca de algún apoyo. - Entonces vas a pagarme? - pregunto quitándose los lentes. Ignorando mi pregunta. - No tengo esa cantidad de dinero - replique cruzándome de brazos. - Solo mírame - solté. Mira mi maldita pobreza reflejada en mi camiseta vieja.
–Bueno… –bajo la mirada para examinarme. - te propongo algo- sonrió y miro detrás de mí, al menos sabía que podía sonreír. - entiendo que alguien como tu no puede solo pedir una cantidad de dinero así a su madre o padre, entiendo también que seguramente este auto ni siquiera es tuyo, es prestado… por tus padres, pero dices que es tuyo porque todos aquí tiene uno. ¿No? - no encuentro fallas en su lógica. Así es. - Trabaja para mí - soltó con el semblante serio.
. - trabajar? - repetí. - trabajar de qué? - pregunte atónita. - de lo que yo necesite… - vacilo y me miro fijo.
-no, ni siquiera te conozco. - me queje. Frunció el ceño - entonces dame el número de tus padres - extendió su mano. Mi madre era una mujer solitaria, que siempre buscaba como fue complacer a terceros menos a ella pero sobretodo era una mujer de carácter muy pesado ... conmigo.
- esto no es nada ilegal verdad? - quería asegurarme. - es decir, no es como trata de blancas o algo parecido, ¿eres un hombre de fiar? ¿No? - pregunte nerviosa, el me miro como si estuviese loca.
- Solo necesito ayuda en casa, no es nada de trata de blancas - dijo serio. - y no eres material para trata de blancas - concluyo.
- ¿Por cuánto tiempo? - Que son unos trabajos domésticos… ¿por cuanto, un mes a lo mucho?
Miro su auto que estaba al otro lado de la calle, y luego me miro a mí. –Veinticinco mil, estamos hablando de cero coma cero doscientos veinte ocho… - murmuro haciendo movimientos de cálculos con los dedos. - 100 días - respondió con una falsa sonrisa. - nada s****l. - le advertí. Podía ser este hombre un cínico… nadie sabe.
Hizo una mueca de asco. - No eres mi tipo niña, a mí me gustan las mujeres maduras –respondió seco. - pero acepto que este trato me viene bien sobre todo ahora que regrese a la ciudad - me informo.
Ignore su repudio - Esta bien, pero con eso queda saldada la deuda - estreche su mano. - es un trato señor… - espere una respuesta. - Me llamo Harry Baxter- se presentó.
. - Maddie Ford- respondí de mala gana, y solté su mano. - Dame tu número de teléfono- ordeno con el suyo en mano. - seis dos, cuatro siete, nueve cero. - mentí, quizás aun estaba a tiempo de decir, no, y explicárselo todo a mamá. Harry hizo lo que no me esperaba…
Tecleo el número de teléfono y puso la llamada en altavoz "el número que usted marco no existe" - repico la operadora. El me miro molesto y extendió su mano pidiendo mi teléfono real. No me quedo de otra y se lo di. - listo - dijo y me devolvió el teléfono antes de irse. - espera mi llamada Ford- se dio la vuelta, y cruzo la calle para llegar a su auto. ¿esto realmente paso?
100 días, de estudiante a sirvienta por una simple señal de alto...