Mi despertador sonó anunciando que era hora de levantarse. Otra semana de escuela comenzaba y aún no estaba lista. Me levanté con la velocidad de un caracol, entré al baño y abrí el grifo. Una ducha antes de ir a la escuela no era una mala idea. Una vez lista, bajé a desayunar.
-Buenos días, Ashley- me saludo Troy, mi padrastro.
-Buen día- conteste mientras tomaba asiento en el taburete, sobre la barra de desayuno me aguardaba mi café con tostadas hecho por Luna, nuestra ama de llaves.
Escuché que alguien bostezo detrás de mi, no hizo falta voltear, sabia de quien se trataba. Edward.
-Buenos días mi bella Luna- la saludo con un besó en la mejilla, luego saludó a su padre, ignorándome a mí por completo.
-¿Necesitas que te lleve a la escuela?- me preguntó Troy, amablemente.
-Descuida, no será necesario, Marius vendrá por mi- comí mi tostada y bebí el café.
-¿Aún sigues con él? - preguntó Edward con desdén.
Ignorando su pregunta fui a la sala por mi mochila.
-Espera...-hablo, interponiéndose entre la puerta y yo.
-Quítate- lo empuje, pero fue inútil- No puedes impedir que vaya a la escuela, no puedes impedir que salga el fin de semana, no eres mi madre y mucho menos mi padre- le recordé, aburrida. Era un dialogo que repetía a diario.
-Solo intento protegerte
Aquello hizo que soltara una carcajada.
-¿Protegerme? ¿Tu? -dije, incrédula-Edward, somos enemigos, por lo tanto, tu trabajo es hacerme la vida imposible. Cosa que haces muy bien, de hecho.
Afuera sonó el claxon. Marius había llegado, salvándome una vez mas del enemigo. Sujete la correa de la mochila y corrí, aprovechando la distracción de Edward.
-Hola- saludo dándome un corto beso en los labios.
-¿Como estuvo tu mañana? -le pregunté.
-Muy bien ¿Qué hay de la tuya?
-Bastante bien- mi celular vibró en mi bolsillo, lo saqué y miré la pantalla. Mi madre.
-¿Acaso no tienes madre? - espeto, molesta.
-Contigo estoy segura que no - respondí en el mismo tono, y colgué. Miré a mi novio, quien negó lentamente con la cabeza- ¿Qué?
-Olvídalo
Vale, digamos que no guardaba una buena relacion con mi madre. Después de la muerte de papa, no hizo mas que casarse con un actor y llevarme a rastras a su lujosa mansión de Ken. Sin mencionar, los secretos que aun se empeñaba en ocultar.
A penas el coche se detuvo, baje en busca de mis otras dos mitades. Kate y Nancy, mis mejores amigas.
-¿Como estuvo la fiesta? - les pregunté.
-Aburrida sin ti- respondió Kate.
-Lo siento, Edward ha hecho de mi fin de semana un infierno- suspiré, recordando.
-Siempre dices lo mismo- protesto Nancy, frunciendo los labios.
-Prometo que no volverá a suceder- dije, al tiempo que sonaba la campana.
Mi primera clase era historia, la más odiada por todo el curso ¿Qué hacía esas dos horas para sobrevivir? Dormir hasta que la profesora lo notara y me sacara del salón.
Durante el receso fui a la cafetería, donde se reunía casi toda la escuela y, rara vez, encontrabas comida en buen estado.
Me encontraba dándole un mordisco a la manzana cuando...
-Creo que Edward es más guapo que Kevin- le comento Kate a Nancy, observando al chico descaradamente. Nancy miro a Kevin frunciendo el entrecejo, pensativa.
-No estoy segura- dijo, clavando sus ojos miel en mi. Trague de golpe- ¿Ashley?
-Tengo novio- respondí, evasiva.
-Ambas sabemos que no estas enamorada de Marius, solo sales con el para no admitir tus sentimientos por... - la voz de Kate se apago ante mi mirada asesina.
-De todas formas, ninguno de los dos me parece guapo- argumente, dando por finalizado el tema.
Nuestra segunda clase fue literatura, tome asiento junto a Kate, quien siempre tenia algún que otro cotilleo en la lengua.
-¿Sabias que? Sandra Wesley se acuesta con Patrick, el profesor de gimnasia- dijo, emocionada. Me quede boquiabierta, ahora entendía como hacia para tener excelentes notas.
-Y eso no es todo- continuo- Un conserje los vio en el "acto", dentro del vestuario de chicas
Menudo escándalo, pensé.
Al final del día escolar, regresé a casa, o como lo llamo, infierno. Dado que Edward se empeña demasiado en hacer que lo sea.
-¿Te veo luego? – me pregunto Marius.
-Ya sabes de quien depende- hable, cansada.
-¡Agh! ¡Estoy cansado de esto! - exclamó, realmente enfadado- Siempre está en medio de nosotros. Él está más en tu vida que yo. Todos los días dices lo mismo "Edward esto...Edward aquello" ¿Cuándo va a salir de tu vida? Mejor dicho ¿Cuándo lo vas a sacar de tu vida? - no respondi, pues no tenia argumentos para ello. Sabia que tenia razón- ¿Lo ves? No sabes que decir. Es como si...te gustara lo que hace
-Lo siento. Desearía que no fuera así pero es más complicado de lo que parece- besé su mejilla y bajé del coche sin darle tiempo a argumentar.