THIAGO
—Buenos días —le dije con entusiasmo a Dana cuando la encontré en mi oficina.
—Estás de buen humor —respondió. Su cabello rubio estaba recogido en un moño y llevaba su habitual traje sastre. Lo único que cambiaba en Dana era el color de su traje o si llevaba el cabello suelto o recogido. No tenía idea de cuánto agradecía yo su constancia en un mundo donde todo parecía poder salirse de control en cualquier momento.
Me dejé caer en mi silla de cuero. Abrí mi laptop y la encendí.
—Tengo razones para estarlo, ¿no? Las cosas van muy bien. Conseguí a Newmark & Lewis, todos los que conocen a Kaira la adoran, y parece que Estela por fin está dando un paso atrás. Jamás pensé ver ese día.
—Las cosas van muy bien —coincidió Dana—. Tienes una mejor reputación y no has salido en los tabloid
