KELLAN Mierda. Tenía la intención de llamar a Dakota y ver si podía hablar con ella esta noche, pero entonces Scott llamó y me contó lo que estaba pasando, así que dejé todo y salí corriendo. Hasta ahora, no pintaba bien para la hermana de Dakota, pero aún había esperanza. Y la esperanza lo era todo. Mientras manejaba hacia la escuela—ella había programado la dirección en mi GPS—escuché cómo llamaba a sus hermanos, uno por uno. Tenía una relación cercana con todos ellos. Era fácil notarlo por la manera en que les hablaba, por cómo las lágrimas se mantenían cerca de la superficie y no tenía miedo de llorar al contarles lo que estaba ocurriendo. Envidiaba eso. Yo tenía a Scott y éramos unidos, pero no teníamos ninguna relación cercana con nuestros padres. Después de lo de Jake, mi papá

